18 años entrenando en gimnasios, se dice pronto. Recuerdo muy bien la primera vez que me acerqué a un gimnasio: fue el primer curso en el que dejé de entrenar gimnasia rítmica (la vida deportiva de las atletas de este deporte, con honrosas excepciones como la de nuestra Almudena Cid, suele ser bastante corta). Yo no me resignaba a dejar de moverme a diario, así que fui al gimnasio más cercano a mi casa para ver qué me podían ofrecer.
Yo tenía 16 años y ni idea de nada de entrenamiento salvo lo que habíamos visto en la clase de educación física en el colegio. Si hubiese sabido entonces lo que sé ahora ¿habría entrenado como lo hice? ¿Habría cambiado algo? Esto es lo que me hubiese gustado saber en mi primer día de gimnasio.
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Prioriza el entrenamiento de fuerza: hasta hace muy poco teníamos la idea de que el entrenamiento de fuerza en el gimnasio solo valía para participar en el Arnold y que, por supuesto, las mujeres no debíamos entrenar la fuerza para no ponernos como la prima de Hulk. Craso error. El entrenamiento de fuerza es imprescindible para mejorar nuestra salud en general (mejora la densidad ósea, importante sobre todo en mujeres mayores, por ejemplo) y también para vernos mejor (mejora nuestra composición corporal, aumentando el porcentaje de masa muscular y bajando el de masa grasa).
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Un descanso adecuado es imprescindible para mejorar: los tres pilares del fitness son el entrenamiento, la alimentación y el descanso. Generalmente, este último es el que menos tenemos en cuenta, aunque sigue siendo imprescindible por un lado para rendir bien y por otro para permitir que el cuerpo se recupere. Descansar adecuadamente repercute en un mejor entrenamiento y en una mejor salud.
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Prueba diferentes disciplinas hasta que encuentres lo que te guste y te motive en ese momento (y no entrenes por modas): que una clase o un deporte esté de moda no es razón suficiente para que tengas que practicarlo. Encontrar el tipo de entrenamiento que más te gusta (y esto puede ir cambiando a lo largo del tiempo: quizás ahora te encanta el running pero dentro de unos años te interesa mucho más el Yoga) es lo que va a hacer que seas constante yendo al gimnasio. Aunque el zumba esté de moda, si no te gusta, no hay nada que hacer: busca algo que encaje mejor contigo y no pierdas el tiempo.
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Más no es mejor; mejor es mejor: no por pasar un montón de horas en el gimnasio nos aseguramos mejores o más rápidos resultados. Si pasas dos horas a diario en el gym pero estás haciendo un entrenamiento malo (mala técnica, no orientado a los objetivos que tú estás buscando, charlando más con la gente que realmente entrenando) los resultados no van a llegar; lo que es muy posible que lleguen son las lesiones. El entrenamiento más largo no tiene por qué ser el más efectivo: el mejor planificado e individualizado, acorde con tus objetivos e intereses, será el que te haga triunfar.
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Los suplementos no son la panacea: todos hemos tenido algún momento en el que hemos pensado «¿este suplemento hará que se calcine mi grasa?» o «¿este batido hará que mis bíceps crezcan justo para los meses de verano?». Los suplementos que realmente sirven de algo, con evidencia científica detrás, son pocos, y además no son la panacea. No te ponen fuerte o te hacen perder peso por arte de magia, sino que pueden servirte para mejorar tus entrenamientos y darte un empujón extra por el camino. Pero no delegues la consecución de tus objetivos en ellos.
Bonus track: el entrenamiento es una carrera de fondo, no un sprint
Cuando empezamos en el gimnasio queremos resultados, y los queremos ya. Ahora. De hoy para mañana. Cuando vemos que estos resultados no llegan en tan poco tiempo, tendemos a desanimarnos y dejar de entrenar. Es necesario mentalizarse de que el entrenamiento, ya sea con objetivos de salud u objetivos estéticos, igual de válidos ambos, es una carrera de fondo en la que las prisas no son buenas compañeras: los resultados vienen con el tiempo y la paciencia, más que nunca, es una virtud.
Quizás hace 18 años no teníamos toda la información que tenemos ahora, y, desde luego, no era tan accesible como lo es ahora mismo. Aprovechemos todo lo que tenemos a nuestro alcance para hacer las cosas bien desde el principio y para sacar el mayor partido a nuestro entrenamiento.
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