Las sondas Voyager son una de las cosas que más debería fascinarnos y enorgullecernos como humanidad. Hemos conseguido enviar una pizca de humanidad a miles de millones de kilómetros de la Tierra, con la esperanza de que en algún momento alguien encuentre esos mensajes en forma de sonda y sepa que hay alguien más en el universo, nosotros. Ahora, la Voyager 2 está a punto de conseguir otro hito en su historia: entrar en el espacio interestelar.
Tanto la Voyager 1 como la Voyager 2 tienen como propósito ir más allá del Sistema Solar que conocemos para llevar con ellas mensajes que nos identifiquen como humanos. Pero si bien ambas fueron lanzadas con tan sólo días de diferencia, la Voyager 2 aún no ha conseguido salirse del Sistema Solar como lo hizo su gemela en septiembre de 2013. Esto se debe a que han seguido trayectorias distintas, la Voyager 2 ha pasado por los cuatro planetas gaseosos del Sistema Solar para coger más impulso y viajar en una dirección distinta a la de su hermana. Esta trayectoria distinta le ha supuesto cinco años extra.
Pero parece ser que finalmente va a conseguir salir del Sistema Solar. Según ha informado la NASA, a finales de agosto comenzaron a notar que dos instrumentos diferentes de a bordo indicaban un pequeño aumento de la cantidad de rayos cósmicos. Es algo similar a lo que experimentó la Voyager 1 en 2012, cuando se preparaba para salir a explorar lo que hay más allá del Sistema Solar.
La nave se encuentra actualmente a unos 17,7 mil millones de kilómetros de la Tierra. Como poner estas cifras en perspectiva no es sencillo, es aproximadamente 118 veces la distancia entre la Tierra y el Sol. Pero es difícil predecir cuándo la sonda abandonará el Sistema Solar, o en otras palabras, cuando cruzará la Heliopausa.
Si se ha salido o no lo sabremos cuando nos abandone del todo
Lo curioso de todo esto es que ahora mismo la Voyager 2 está en un punto intermedio entre el Sistema Solar y el espacio exterior. Este punto intermedio es la Heliosfera, todo el área que a pesar de ir más allá de Plutón, aún está bajo la influencia del viento solar y su campo magnético. Le queda poco, pues se empiezan a notar partículas provenientes de fuera, partículas que el viento solar ya no puede repeler tan fácilmente.
En algún momento a medio plazo se espera que la Voyager 2 cruce la Heliopausa, el punto a partir del cual comienzan a aparecer vientos y partículas cósmicas provenientes de otras estrellas. Cuando eso ocurra, los sensores de la sonda detectarán partículas cósmicas totalmente diferentes y sabremos que efectivamente ya ha cruzado más allá de lo que nuestro Sol puede proteger.
Las trayectorias de las dos Voyager son diferentes, las fases que han seguido o seguirán también lo son. Por complicar más las cosas, la Heliosfera tiene un tamaño distinto en cada momento, se contrae y se expande según las erupciones del Sol y sus vientos solares, generalmente en un ciclo solar de de 11 años que varía dependiendo de su actividad. Por lo que tampoco tardará lo mismo que la Voyager 1 en pasar esta etapa.
Así que sólo nos queda esperar para ver cómo responde la Voyager 2 ante los cambios que está experimentando. Una vez logre abandonar el Sistema Solar, será el segundo objeto creado por un humano que se adentre en el espacio interestelar. Se espera que New Horizons también lo haga, así como las Pioneer 10 y 11.
Más información | NASA