¿Qué tienen en común una octogenaria superviviente al Holocausto y un adolescente senegalés que vive en la calle? Aparentemente nada, pero en el drama ‘La vida por delante‘ (‘La vita davanti a sé’) esta extraña pareja formada por Sophia Loren y el debutante Ibrahima Gueye se come cada escena que protagoniza.
Loren no decepciona
La vuelta al cine de la gran dama del celuloide italiano llega de la mano de Netflix, 11 años después de aquella olvidable cinta llamada ‘Nine‘, en la que Sohia aparecía junto a un batiburrillo de grandes nombres como Judy Dench, Daniel Day-Lewis, Nicole Kidman, Penélope Cruz o Marion Cotillard (también salía Fergie, la excantante de Back Eyed Peas).
Tras ‘Nine’, prácticamente sequía… a excepción de una TV movie y el cortometraje ‘Voce Umana’ que dirigió su hijo Edoardo Ponti en 2014 (la misma historia que nos han contado Pedro Almodóvar y Tilda Swinton en 2020, ‘La voz humana‘).
[embedded content]
Madre e hijo han vuelto a trabajar juntos en ‘La vida por delante’, la cinta con la que Sophia Loren podría batir un curioso récord: ser la mujer de más edad (tiene 86 años) nominada al Óscar a mejor actriz. Y motivos para ser una firme candidata no le faltan, ya que Loren nos regala aquí un espectacular papel que, si no te remueve las entrañas, es que estás muerto por dentro.
‘La vida por delante’ es la segunda versión cinematográfica de la novela homónima de Romain Gary, el que fuera marido de Jean Seberg; la primera fue en 1977 y se llamó ‘Madame Rosa‘, como la protagonista. En esta ocasión, y con el extrarradio de la ciudad italiana de Bari como escenario, la cinta cuenta la historia de una exprostituta y superviviente a Auschwitz (Loren), que se gana la vida cuidando a los hijos de sus compañeras de profesión.
Pero un día se topa con Momo (Gueye), un adolescente ladrón al que, por circunstancias, acaba acogiendo en su casa. La relación entre ambos empieza con mal pie pero, poco a poco, irán forjando una extraña amistad que se va afianzando según avanza el metraje, hasta llegar a un lacrimógeno (pero esperado) final.
Momo entra entonces a formar parte de la peculiar familia de Madame Rosa, compuesta por Iosif, un niño sin papeles al que su madre ha abandonado, y Lola, una vecina de cuyo hijo pequeño también se encarga la protagonista. Y en la pequeña casa que comienza como un sitio de paso para él, Momo empezará a encontrar su hogar.
‘La vida por delante’ es una historia de amistad, pero también es una historia que nos enseña el valor de la familia que elegimos, haya o no haya lazos de sangre de por medio. También es una narración llena de tintes costumbristas, que recrea esos ambientes de barrio en el que todos se conocen, donde existía un tejido social que hoy, en la mayoría de lugares, brilla por su ausencia.
Una secundaria de lujo en ‘La vida por delante’: la española Abril Zamora
Abril Zamora es un rostro conocido de la pequeña pantalla en nuestro país: apareció en ‘Vis a vis‘, es la creadora, directora y guionista de la serie ‘Señoras del (h)AMPA‘ y su firma también está detrás de algunos capítulos de ‘Élite‘.
Pero ‘La vida por delate’ ha supuesto también para ella el salto al cine internacional. Y qué salto. Abril, que es una mujer transexual y en todos sus proyectos da visibilidad a la realidad LGBT, es capaz de brillar con luz propia dando vida a Lola, el papel más tierno de la película. Y lo hace sin dejarse eclipsar (y mira que es complicado) por la dupla protagonista.
La veterana actriz se ha puesto a las órdenes de Edoardo Ponti, el pequeño de los dos hijos que tuvo con Carlo Ponti en un matrimonio que duró desde 1966 hasta el fallecimiento del productor en 2007.
Carlo Ponti y Sophia Loren formaron junto al director Vittorio De Sica en los años 60 un gran equipo, gracias al cual tenemos hoy día clásicos como ‘Dos mujeres‘, ‘Ayer, hoy y mañana‘ o ‘Matrimonio a la italiana‘, así que, con semejante legado cinematográfico a sus espaldas, muchas miradas estaban puestas en el benjamín de la familia con el estreno de ‘La vida por delante’.
Eso no parece haberle pesado a Edoardo, que nos ha regalado una deliciosa película en la que su madre hace un papel que fácilmente podría ser de los más recordados de su (dilatada) carrera. Y mira que eso es difícil en un currículum como el de Sophia Loren.
