La osteoporosis y sus consecuencias

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La osteoporosis es una “enfermedad silenciosa”, ya que la progresiva debilidad ósea se produce sin sintomatología alguna, explica el Dr. Raúl Villafañe, neurocirujano.

Los pacientes generalmente no saben que padecen de osteoporosis hasta que un golpe o una caída provoca una fractura ósea. Éstas ocurren generalmente en la cadera, muñecas o costillas, pero el sitio más habitual es en las vértebras.

Estas fracturas se producen cuando las vértebras afectadas “colapsan”, usualmente en el sector medio (columna toráxica) o inferior (columna lumbar) de la columna vertebral.

Un colapso vertebral inicialmente provoca un intenso dolor de espalda y, cuando colapsa más de una vértebra, se producen deformidades, pérdida de postura e imposibilidad de movilización.

En pocos casos, la fractura se puede estabilizar y el dolor desaparece, pero a veces los huesos fracturados continúan movilizándose, y el dolor persiste y se incrementa con la consecuente lesión neurológica de la médula espinal o de los nervios raquídeos.

Factores de riesgo

Los factores que incrementan la posibilidad de desarrollar osteoporosis incluyen ser mujer; tener una edad avanzada; contar con antecedentes familiares de osteoporosis; ser mujer post-menopáusica; padecer bulimia o anorexia; dietas pobres en calcio; uso prolongado de medicamentos como corticoides o anticonvulsionantes; sedentarismo; el consumo de tabaco; y el consumo excesivo de alcohol.

Vertebroplastía percutánea

Hoy, un nuevo y efectivo procedimiento no quirúrgico, mínimamente invasivo, denominado vertebroplastía percutánea, ofrece un nuevo y promisorio horizonte terapéutico para los pacientes con dolor por problemas de columna vertebral.

La vertebroplastía es la inyección percutánea de un cemento acrílico especial, el polimetil-metacrilato, en el cuerpo vertebral para, estabilizarlo. Este cemento acrílico repara las microfracturas y elimina el dolor vertebral reforzando el hueso fracturado, estabilizándolo y previniendo futuros colapsos vertebrales.

Pacientes candidatos

Las personas con fracturas vertebrales compresivas recientes, y debido a ello con dolor de moderado a severo, son los candidatos ideales para una vertebroplastía percutánea.

En algunos casos, fracturas más antiguas se pueden tratar también pero los mejores resultados se observan cuando el procedimiento es realizado al poco tiempo de producida la fractura.

Procedimiento

El procedimiento se realiza en una sala especial de radiología. Se utiliza generalmente para su realización anestesia local y sedación. Una aguja especial es introducida a través de la piel hasta el cuerpo vertebral afectado utilizándose para su ubicación exacta un equipo especial de fluroscopía.

Una vez ubicada la aguja, se inyecta cemento acrílico especial, denominado polimetilmetacrilato, en el hueso afectado para estabilizarlo. A menudo más de una vértebra afectada puede ser tratada en un mismo procedimiento.

Evaluación previa

Todo paciente debe tener un examen médico completo previo a la vertebroplastía. Si el dolor de espalda se localiza sobre una vértebra colapsada o aplastada, la posibilidad de éxito de la vertebroplastía sería mucho mayor.

Se debe realizar un examen neurológico completo y rutina de laboratorio. Se completaran los estudios con radiografías de columna y resonancia magnética o tomografía computada.

Cuidados post-procedimiento

Los pacientes generalmente se recobran en pocas horas y pueden manejarse en forma ambulatoria la mayoría de las veces. En ocasiones algunos pacientes pueden permanecer hospitalizados si su enfermedad así lo requiere. Las actividades normales se pueden retomar en pocos días y en algunos casos la fisioterapia puede ser beneficiosa.

Porcentaje de éxito

La disminución del dolor es casi inmediata. Aproximadamente entre un 70% y un 90% de los pacientes que fueron sometidos a la vertebroplastía percutánea retoman el nivel de actividad previo a su problema y experimentan una importante disminución o completa desaparición del dolor.

Riesgos

La vertebroplastía percutánea es un procedimiento muy seguro, con pocos riesgos o complicaciones.