La jugada oculta de los intendentes de la provincia de Buenos Aires por la re-reelección

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Hecha la ley, hecha la trampa. La remontada en las elecciones de la provincia de Buenos Aires tuvo una zanahoria que ahora los intendentes del conurbano quieren morder: saltar la prohibición de las reelecciones indefinidas.

Enmarañadas las negociaciones para que la Legislatura enmiende la ley 14.836, el peronismo bonaerense prepara un amparo para destrabar en la Justicia un festival del “que vuelvan todos” justo en el vigésimo aniversario del “que se vayan todos”. Para ellos 20 años no es nada y piden una vuelta más.

Las reelecciones forman parte del pacto que hubo después de la estrepitosa derrota de las PASO entre Alberto Fernández y los intendentes. Ellos debían remontar la elección llevando a la gente que no había ido a votar el 12 de septiembre -un universo de 3 millones en el conurbano- a través del plan remís.

A cambio, el Presidente aceptó tres concesiones: respaldar la cruzada contra la ley que impide la reelección indefinida, que haya primarias dentro del Frente de Todos y cargos en el gabinete. Por ahora las discursivas las pagó, resta la prueba de lealtad contante y sonante.

Por la ley de 2016 impulsada por Sergio Massa y María Eugenia Vidal, 87 intendentes tendrían que decir chau chau adiós en 2023. Son 47 de Juntos, 37 del Frente de Todos y 3 vecinalistas. Créase o no, en la propia redacción de la ley está el virus inoculado: el artículo 7 sostiene que “el período de los intendentes a la entrada en vigencia de la presente Ley será considerado como primer período”. Aferrados al 7 –“revolver” en los sueños- se echan a su suerte.

“Las leyes no pueden ser retroactivas” es el argumento y quieren tomar como punto de partida el período 2019-2023 para poder aspirar a un 2023-2027. Adentro ya tienen el 2015-2019.

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Un amparo en el fuero contencioso

“Vamos a presentar un amparo en un fuero contencioso administrativo. No se pueden restringir derechos y esta ley legisla para atrás ”, le dijo a TN un operador del peronismo bonaerense conquistador de derechos como gusta decir el kirchnerismo.

En la oposición, intendentes como el radical Miguel Lunghi de Tandil, Julio Garro de La Plata y Jorge Macri de Vicente López -ambos del PRO- también quieren reelegir. “Julio está de acuerdo con la ley, pero el primer mandato no puede ser considerado el 2015-2019″, advirtieron a TN en La Plata. Igual no van a presentar ninguna medida judicial para evitarlo. Esperan que el trabajo sucio sea del PJ bonaerense. O un paquete más amplio que negocie el Gobernador en la Legislatura. Las sesiones al filo de las Fiestas entre gallos y medianoche los inspira.

Algunos jefes comunales intentan una salida más sutil: saltar a un gabinete para salirse de las generales de la ley. Interpretan que al asumir otra función el mandato no está concluido y podrían volver a postularse en 2023.

Después de la derrota en las PASO el oficialismo profundizó esa catapulta con Martín Isaurralde (de Lomas de Zamora a la Jefatura de Gabinete de Axel Kicillof) y Leonardo Nardini (de Malvinas al Ministerio de Infraestructura bonaerense).

Antes ya habían dado el paso Gabriel Katopodis (de San Martín al Ministerio de Obras públicas), Juan Zabaleta (de Hurlingham al Ministerio de Desarrollo Social) y Jorge Ferraresi (de Avellaneda al Ministerio de Desarrollo Territorial y Hábitat).

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Gabinete se busca

Ahora, los intendentes hacen ronda de conejos para saltar a un gabinete. Es la forma más segura por si las palabras de Alerto Fernández, el guiño de Kicillof y el gestito de (ni) idea de Máximo Kirchner son revoleados al olvido. En el peronismo suenan los nombres de Gustavo Menéndez (Merlo) -quizá por eso salió públicamente a rechazar la re-reelección-, Alejandro Granados (Ezeiza) y Mario Ishii (José C Paz).

No sólo los del oficialismo buscan ese conchabo. En la oposición, Jorge Macri ya tiene cerrado el Ministerio de Gobierno en el gabinete de Horacio Rodríguez Larreta.

Los intendentes del peronismo bonaerense están en plena carrera de embolsado para no sacar los pies del plato. Dicen que son los artífices de la remontada y avisan para el 2023: “Si nosotros -que achicamos la diferencia- no encabezamos en los distritos, el peronismo pierde”.

Para cotizar en bolsa, en las elecciones jugaron a la boleta corta que hicieron sentir en carne propia a la cabeza de la lista de diputados nacionales. Victoria Tolosa Paz entró en una crisis de nervios cuando vio que la diferencia que alcanzaron los concejales era similar a la que le sacó Diego Santilli a ella. Colorada de furia se puso.

Victoria Tolosa Paz, la contadora que cuenta los votos

“Como buena contadora, cuento los votos, si no no lo hubiera llamado a Santilli” para felicitarlo, largó Victoria Tolosa Paz en un cruce picante con Rogelio Frigerio en A dos Voces, por TN en la semana posterior a la caída con airbag.

Con una mano admitía que el Frente de Todos había retrocedido ante Juntos y con la otra se grababa a fuego el relato berrinchoso que el oficialismo se inventó en la noche de la derrota: “Ellos ganaron perdiendo y nosotros perdimos ganando”.

Como buena contadora, además de contarle los votos a la oposición, Tolosa Paz olfateó el corte de boleta que la perjudicó.

La esposa de Pepe Albistur obtuvo 3.368.310 de votos frente a los 3.480.298 de Santilli, que ganó con una diferencia de 111.988 votos. En las PASO, el FDT había caído por 360.976 ante Juntos. La remontada la encabezaron los intendentes del conurbano con un plan tórridamente calculado.

La tajada a favor de Tolosa Paz fue de 250 mil votos que amasaron puerta a puerta, remís a remís empujados por el “plan platita”.

Pero la loncha más grande fue para las listas locales apadrinadas por los intendentes. Esto es: el cuerpo de la derecha -candidatos a concejales- sacó más votos que el cuerpo de la izquierda -candidatos a diputados nacionales encabezado por Tolosa Paz-.

Según revela el escrutinio provisorio y en base a un cálculo de TN entre las secciones más populosas de la primera y tercera sección electoral, la octava y algunos distritos de la segunda, cuarta, quinta, sexta y séptima los concejales del oficialismo sacaron 114 mil votos más que Tolosa Paz, que perdió por casi 112 mil con Santilli.

Es evidente: a algunos se les aflojaron las piernas en la línea de llegada de la boleta de la candidata.

El voto de los extranjeros, un calmante para el recelo interno

No fue una avalancha como en la derrota de Néstor Kirchner en 2009, pero la boleta corta con la que los barones del conurbano suelen salvar el pellejo tuvo impacto en las elecciones del 14 de noviembre. A la candidata ¿la tranquilizaron? con un argumento: “fueron los extranjeros los que inclinaron la cancha: es que sólo pueden votar los cargos locales”. Para Tolosa resultó como la envidia: muerde pero no come.

El corte de boleta, sección por sección

En la primera sección electoral hay casos paradigmáticos como los de Tigre y San Fernando. En el terruño de Sergio Massa, donde el FDT perdió, la lista de concejales sacó 5033 votos más que la de Tolosa Paz. Algo parecido pasó en San Fernando, donde la lista que el intendente Juan Andreotti (también del Frente Renovador) llevó para concejales obtuvo 9132 votos más que la candidata de Alberto Fernández.

Una diferencia similar –9264 votos- sacó la lista de concejales en la octava sección electoral, La Plata, la ciudad de la esposa de Albistur.

El la primera sección electoral en Escobar hubo una diferencia a favor del cuerpo de candidatos locales de 3044, en San Martín de 4309, en Hurlingham de 610, en José C Paz de 309, en Luján de 2819, en Malvinas Argentinas de 5808, en Mercedes de 2316, en Moreno de 2308, en Morón de 1632, en Pilar de 7974.

En la tercera sección electoral, en Alte Brown la diferencia fue de 5042, en Avellaneda de 5498, en Berazategui de 5186, en Brandsen de 432, en Ensenada de 1169, en Echeverria de 8130, en Ezeiza de 6996, en Lanús de 1713, en Lomas de Zamora de 8773, en Quilmes de 4465.

Un límite para Cristina y Máximo Kirchner

La jugada de los mandamás del conurbano fue permanecer con los pies dentro del plato, pero mostrando los dientes. Antes de las elecciones, TN había anticipado la estrategia. “Si las listas de concejales sacan más votos es un límite para el cristinismo y Máximo Kirchner. Son ellos los que se licúan”, había advertido un operador bonaerense. Pasó.

En muchos distritos -sobre todo de la primera sección electoral- en las PASO Tolosa Paz había sacado unos cuatro mil votos menos que los candidatos a concejales. El corte de boleta a favor de las listas locales fue notorio en Almirante Brown, Lomas de Zamora, San Martín, Ezeiza, Tigre, José C Paz, Malvinas Argentinas, Pilar, San Fernando, Avellaneda, Escobar y Esteban Echeverría.

El domingo 14, hubo distritos donde ganaron las listas locales y perdieron las de Tolosa Paz como en San Pedro, en General Villegas en Hipólito Yrigoyen -de la segunda sección electoral-.

Uno que se frota las manos es Gustavo Menéndez, el intendente de Merlo, donde la lista de Tolosa Paz sacó 11 mil votos más que la de concejales: 123 mil a 112 mil. Cree que con ese resultado sacó la sortija de un pase al gabinete nacional.

Del conurbano al interior del país

¿Somos un Movimiento Nacional o un Partido del AMBA?”, metió el dedo en la llaga el exintendente de San Antonio de Areco y senador provincial “Paco” Durañona en un tuit con el mapa de la provincia de Buenos Aires pintado de amarillo con una única nube celeste en el conurbano bonaerense.

Un reflejo: después de las elecciones el exintendente de Avellaneda “Cacho” Baldomero Álvarez, reflotó La Juan Perón, agrupación con la que salió a caminar el país. Del conurbano al interior. Este fin de semana estuvo en Chaco, Misiones y Corrientes. Son ensayos para “la unidad del peronismo” pensando en el 2023. ¿Alberto Fernández, Sergio Massa, Juan Manzur, otro gobernador?

Todos aprovecharon el largo y filoso silencio de Cristina Kirchner, que rompió el sábado con una carta sobre el FMI y la explicación de por qué ella calla y no otorga.

Con una sincronización de relámpago y trueno, Cristina Kirchner retiró antes la voz y ahora el cuerpo. “Que Dios y la Patria los ilumine a todos y todas”, cerró la puerta y la carta. De puño y letra hizo comparecer la ausencia del “nos” y un acto de fe que depositó en un “ellos”. Justo “ella” que egresó como perito mercantil del Misericordia de la Plata con todos 10, salvo 7 en religión.