Un programa más, un concursante menos. MasterChef Celebrity avanza y se va librando de los concursantes más débiles, sin demasiadas sorpresas de momento.
El programa avanza y con él las tensiones entre concursantes, sobre todo en torno a personalidades, digamos complicadas, como las de Carmen Lomana o Antonia Dell’Atte, que logran desesperar a cualquiera. Pero entre gritos y sobreactuaciones estamos viendo algo más de cocina, en pruebas bastante ingeniosas.
En la primera prueba, el programa ha recibido la visita de Roberto Ruiz, chef del restaurante madrileño Punto MX, el primer mexicano español con una estrella Michelin. Ruiz ha presentado cinco platos clásicos de la cocina mexicana, que los concursantes han tenido que replicar, por parejas y en relevos: tacos al pastor, tostada de tinga de pollo, quesadillas, flautas de ternera y un burrito de langostino.
Jaime Nava, que se ha quedado sin compañero (parece que sus colegas tienen claro quién es el concursante que peor cocina) ha trabajado junto a Toni Carceller, finalista de MasterChef 6. Jordi y Pepe también se han apuntado a la prueba, cocinando juntos.
Dell’Atte e Izaguirre, «dos grandes histriónicos», como ha reconocido el segundo, han presentado unos platos lamentables, y se han llevado un enorme rapapolvo. Ona Carbonell y Paz Vega, por el contrario, se han llevado los elogios del jurado, y la consiguiente ventaja para la siguiente prueba.
León, Capital Gastronómica
En la prueba de exteriores el programa se ha trasladado a León, que este año ha sido escogida Capital Gastronómica. Frente a la catedral de la ciudad, las ganadoras de la primera prueba han elegido a qué compañeros no querían tener en su equipo. Era el típico engaño del concurso y, tras finalizar la selección, les han comunicado que capitanearían en realidad a los compañeros que habían rechazado.
Los chefs Yolanda León y Juanjo Pérez, cocineros del único restaurante con estrella Michelín de León, Cocinandos, han presentado un menú de cuatro platos elaborados con productos leoneses.
Paz Vega -que ha capitaneado finalmente a Lomana, Castro, Vaquerizo, Higares y Dell’Atte- ha escogido cocinar unas alcachofas rellenas de cecina y crema de encurtidos y un solomillo de vacuno sobre arroz de cereza del Bierzo.
El equipo de Ona Carbonell -que ha cocinado finalmente con Segura, Nava, Massagué e Izaguirre- se ha tenido que enfrentar a una sopa de castañas con foie de pato y hojas de otoño y el postre, el plato quizás más difícil, compuesto de leche frita, helado de leche de oveja y dulce de leche caramelizada.
Pese al conflicto entre Lomana y Dell’Atte, que no se pueden ni ver, el equipo rojo ha solucionado mejor la papeleta. No como el azul, que ha necesitado la ayuda de Pepe y Samantha y han presentado elaboraciones desastrosas, que han salido tarde y mal. Han ido directos a la prueba de eliminación.
Paz Vega ha sido escogida como la mejor aspirante de la prueba, por lo que ha recibido los 4.000 euros del programa de hoy, que ha decidido donar a la ONG Sonrisas de Bombay, que se dedica a rescatar a niños que viven en las calles de la India.
Eliminación en conserva
En la prueba de eliminación los concursantes han tenido que elaborar dos platos en 75 minutos, uno salado y otro dulce, solo con productos en conserva.
Bajo una caja misteriosa han encontrado 80 latas sin etiquetar, que han tenido que abrir una a una para descubrir qué había en su interior. Y había de todo: mejillones, atún, carne, verduras, frutas… Tenían que hacer los platos usando solo los productos de las latas, harina, pan rallado, huevos, sal y pimienta.
Los directores de cine y teatro Javier Ambrossi y Javier Calvo, más conocidos como ‘Los Javis’, han visitado el plató para dar ánimos a los concursantes (y besitos a Boris).
Izaguirre, Carbonell y Segura han presentado platos bastante buenos que han recibido elogios del jurado. Nava ha hecho unas cosas bastante simples y no muy bien acabadas, pero pasables, no como Massague, que la ha liado con una cresta de gallo mezclado con no se sabe qué.
No ha hecho falta esperar a la decisión del jurado para saber que estaba en la calle. Una expulsión justa para un aspirante que presumía de cocinar mejor de lo que en realidad lo hacía. Solo Lomana le echará de menos.
Imágenes | RTVE