La campaña de Navidad no logra paliar un año de pérdidas en el pequeño comercio

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El pasado 28 de enero, el Instituto Nacional de Estadística publicaba el Índice del Comercio Minorista (ICM), que ha confirmado las peores previsiones respecto al pequeño comercio. Según este indicador, las ventas de los comercios registraron una disminución acumulada del 6,8 por ciento en 2020.

Eso sí, hay que tener en cuenta que el grueso de esta abrupta caída se concentra en los meses de marzo y abril, en pleno confinamiento, cuando se registraron caídas del -15,1 y el -20,2 por ciento, respectivamente. Tan solo septiembre y noviembre sufrieron caídas mucho más suaves, con un -0,5 por ciento.

Ni siquiera la campaña de Navidad consiguió paliar un año nefasto para el pequeño comercio. Según datos de la Confederación Española del Comercio (CEC), el sector registró una caída de facturación acumulada sin precedentes, de entre el 20 al 25 por ciento de media. Esta situación tan dramática ha afectado de forma particular a los negocios ligados a la moda y el equipamiento personal (40 por ciento) así como aquellos ubicados en los territorios más dependientes del turismo.

La CEC considera insuficiente el plan de apoyo al comercio aprobado por el Gobierno

La única nota positiva, señala la CEC, es la corriente de reconocimiento por parte de la opinión pública hacia ese comercio de proximidad surgida en los últimos meses a consecuencia de la pandemia. Tal y como se desprende del ICM, mientras las grandes cadenas y grandes superficies han logrado obtener un nivel similar al de antes del comienzo de la crisis, empresas unilocalizadas y pequeñas cadenas no alcanzaron dicho nivel.

Ante esta situación, la CEC ha reclamado en diversas ocasiones invitar reflexionar sobre la necesidad de adoptar medidas y ayudas directas de forma urgente, facilitando los procedimientos administrativos para agilizar su tramitación, a fin de que el comercio de proximidad evite echar el cierre definitivo.