¿Se pueden generar más puestos de trabajo en la microrregión?

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Toda la zona. A comienzos del mes de agosto, uno de los premiados por Clarín Rural como innovador en la cadena de valor fue Luis Picat, futuro Intendente de Jesús María.

Durante la entrega de premios, el Ing. Héctor Huergo -ex titular de INTA- destacó la potencialidad de Jesús María y el Norte de Córdoba, calificándolo como “el futuro núcleo económico de todo el país”.

Si esto es así, ¿podría haber más trabajo en nuestra zona?

¿Cuánto genera la actividad agropecuaria? ¿Por qué las autoridades de la zona no impulsan la generación de empleo con políticas de incentivos? ¿Por qué quienes tienen el dinero para invertir no aportan al agregado de valor y prefieren la producción primaria?

Técnicos de la Universidad Católica de Córdoba (UCC) estimaron los ingresos generados por la actividad agropecuaria de la región (Departamentos Colón y Totoral), expresada en dólares por año, con el fin de conocer un flujo de fondos disponibles para inversiones privadas.

Las actividades agropecuarias generarían -en promedio- ingresos por unos 336 millones de dólares por año a los productores de los departamentos Colón y Totoral. Con estos recursos, deben afrontar pago de insumos, personal, servicios varios, impuestos locales, provinciales y nacionales y retiros de socios.

Los volúmenes de producción fueron tomados del promedio de las campañas 2013/14 y 2016/17, mientras que los precios de los productos -granos y animales en pié- se suponen en los niveles en dólares del año 2017.

Los autores del informe universitario suponen que el margen para el conjunto de actividades ronda el 5 por ciento. Si así fuera, el sector primario local dispondría anualmente de un excedente (fondos libres para invertir) de 16,8 millones de dólares por año. A un tipo de cambio de 57 dólares representarían 957 millones de pesos.

A su vez, el empleo genuino generado en la actualidad por estas actividades en la zona rural de Colón y Totoral ronda los 1.970 puestos directos (según estimación de IERAL-FM 2014).

El “yuyito” y otras hierbas.
Para los especialistas que elaboraron el informe, estos valores podían considerarse como de “equilibrio” para la actividad, habida cuenta que en 2018/19 la depreciación cambiaria generó desacoples entre los valores internos y externos y los valores observados no pueden ser considerados como “de equilibrio a mediano/largo plazo”.

Los ingresos generables por la actividad agrícola (a valor tranquera) ascenderían a 215 millones de dólares, suponiendo los siguientes valores FAS *: soja a 241 dólares, maíz a 144, sorgo a 146, trigo a 160 y garbanzo a 730.

Los valores en tranquera surgen de aplicar descuento por flete a puerto y gastos de comercialización, estimados en 22 por ciento para la soja, y 34 por ciento para maíz, trigo y garbanzo.

Las vaquitas no son ajenas.
A su vez, los ingresos generables por la actividad ganadera (a valor tranquera) ascenderían a 121,4 millones de dólares, suponiendo flujos de ventas 2014 y los siguientes valores por kilo vivo de la hacienda vendida a compradores regionales (valor de mercado):
Bovinos: 1,75 dólares.
Porcinos: 1,48 dólares.
Pollos: 0,76 dólares.

Para llegar al valor de venta se aplica un descuento del 5 por ciento a los valores de mercado en concepto de transporte y comisiones de venta.

También hay que hacer la salvedad que el cálculo en dólares se hizo con valores anteriores a la última devaluación (43 pesos), pero los precios no alcanzaron a compensar la diferencia en la cotización de la moneda norteamericana. Hoy, estos valores serían 20 por ciento más bajos, aproximadamente.

Un escenario agregando valor.

A pedido de las municipalidades de Jesús María, Colonia Caroya y Sinsacate y la Comuna de Colonia Vicente Agüero, la Universidad Católica le pidió a sus investigadores más prestigiosos que imaginen un escenario virtuoso para la producción de la zona.

Concluyeron que, si se lograra duplicar el uso de maíz en origen duplicando la producción en las tres actividades pecuarias (engorde de bovinos, producción de cerdos y pollos) se podrían generar unos mil puestos directos más en la zona rural de Colón y Totoral.

Simultáneamente, podría haber una oferta adicional de bovinos suficiente para rehabilitar las actividades del frigorífico Col-Car, una oferta adicional de porcinos que permitiría la instalación de otro frigorífico porcino de dimensiones similares a las que opera actualmente Frigorífico Qualitá y una oferta adicional de pollos que posibilitaría la instalación en la zona de otro frigorífico aviar como el operado por Indacor en Juárez Celman.

De lograrse esto, se estarían generando cerca de 400 nuevos puestos de trabajo en estas tres industrias y traccionaría la expansión de los servicios conexos a este sector -transporte, agroinsumos, profesionales agrónomos y veterinarios, consumo de combustible, entre los principales-, que podrían implicar unos 500 puestos de trabajo más, seguramente a localizarse en la zona periurbana de nuestra microrregión. En conjunto, serían casi 2 mil puestos de trabajo adicionales en la zona, con casi 900 de ellos en la zona periurbana de Jesús María.

Bajo un escenario de precios pecuarios similar al estimado, se generarían ingresos pecuarios adicionales por 90 millones de dólares -al valor actual de 57 pesos-, al costo de reducir ventas de maíz por 13 millones de dólares, lo que arrojaría un neto de 77 millones de dólares por año más que en el escenario base.

Nuevamente, bajo una situación de márgenes al 5 por ciento, representaría un excedente (fondos libres para invertir) adicional de 3,85 millones por año, que a un tipo de cambio de 57 pesos son 220 millones de pesos.

En este escenario, los investigadores proponen que, “a través del trabajo conjunto entre los tres municipios, se establezca un Foro de Inversores Locales que permita encontrar las voluntades de la mayoría de participantes potencialmente beneficiarios de estas posibles líneas de inversión”.

(*) El denominado FAS (sigla en inglés de “free alongside ship” o libre de gastos al costado del buque) o precio paridad de exportación es una construcción “teórica” del valor que podía pagar la exportación considerando una determinada estructura de costos.
Surge de descontarle a los precios FOB (sigla en inglés de “free on board” o libre de gastos a bordo de buque) los derechos de exportación (retenciones) que percibe el Estado Nacional y los gastos que se producen en el proceso de exportación (comisiones, carga y descarga en puertos, costos aduaneros, entre otros).
La estructura de costos considerada intenta promediar los costos del conjunto de la exportación. Por lo tanto, no contempla los costos de una única empresa, tampoco considera márgenes ni las primas por incertidumbre o riesgo que cada empresa pueda tomar.

20-09-2019