Estados Unidos en etapa de definición

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Las elecciones presidenciales de 2020 demostraron ser una de las más caóticas desde la independencia estadounidense (1776). En este breve artículo intentaremos develar a que se debió esto. (Por Alejandro Cagliero)

En primer lugar, al cierre de este artículo, todavía no existe un claro ganador de los comicios, aunque todo parece indicar que la victoria se la llevará el candidato demócrata Joe Biden, quien se encuentra a solo 6 electores de alcanzar los 270 necesarios para derrotar a Donald Trump. Todavía quedan de computar datos de estados muy disputados como Wisconsin, Michigan, Pensilvania, Georgia y Arizona, entre otros.

En segundo lugar, la pregunta válida sería ¿por qué es tan lento el conteo de votos? Frente a eso podemos responder que el sistema electoral estadounidense no cuenta con una Justicia Electoral que centraliza y regula las elecciones en todo el territorio. En el país del norte, cada estado determina la forma en que se vota, si acepta o no votos por correo, hasta que fecha los considera válidos (por ejemplo, en Pensilvania aceptan como válidos los votos que lleguen hasta 3 días después de finalizadas las elecciones, siempre y cuando hayan sido enviados antes del 3 de noviembre) y, en qué momento se contabilizan esos votos.

El voto postal es un dato no menor ya que cerca de 100 millones de estadounidenses optaron por esta opción, lo cual, de por sí, ralentiza el conteo y, para complejizar la situación, cada estado determina cuando se comienzan a contar esos votos en su territorio. Algunos estados los contaron antes del martes 3 de noviembre y otros al cierre de las urnas de ese mismo día.

En tercer lugar y estrechamente relacionado con el punto anterior, se refiere a la demografía electoral de quienes votan por correo. En este caso, los seguidores de Biden fueron más propensos a utilizar esta opción, mientras que los votantes de Trump prefirieron acercarse a las urnas de forma presencial. Esta situación, sumada a la masividad de votantes postales, generó un punto de tensión muy fuerte dentro del sistema electoral y que amenaza con llevar a las elecciones hasta la Corte Suprema de Justicia. Para ser claros e inequívocos, las diferentes formas de votar que existen en los Estados Unidos (en Texas se llegó a usar la opción de “voto al paso”, donde una persona podía votar sin siquiera bajarse de su vehículo para entrar al lugar donde se realizaban los comicios), sumado a la pandemia del COVID-19 pusieron en jaque al sistema electoral estadounidense.

Finalmente, Trump amenaza con impugnar las elecciones afirmando que existe fraude electoral en el voto postal. Hasta este momento, el equipo legal de Trump ya presentó acciones judiciales en Georgia, Michigan y Pensilvania para que se detenga el conteo de los votos por correo debido a que consideran que los mismos pueden no cumplir con los requisitos para ser aceptados como válidos o pueden estar manipulados de forma fraudulenta para beneficiar a Biden. Se estima que esta estrategia legal sería usada por Trump en diversos estados más con el correr de los días. Por otro lado, en aquellos estados donde la diferencia entre los candidatos es muy escasa, la elección se puede impugnar y ese estado debe volver a contar todos los votos de nuevo. De esta manera, y así planteada la situación, se espera que los resultados oficiales se demoren días e incluso semanas más.

Sin dudas, estas elecciones demostraron la debilidad del sistema de votación arcaico y anti-popular que tienen los comicios en los Estados Unidos. Sin importar el resultado, estas elecciones serán recordadas como las que pusieron al sistema electoral estadounidense contra las cuerdas.