Apple
celebró
ayer
su
WWDC
2025,
una
en
la
que
el
rediseño
de
iOS
estuvo
incluso
por
encima
de
las
implementaciones
de
inteligencia
artificial.
Al
menos,
en
lo
que
al
discurso
se
refiere.
Liquid
Glass
es
la
nueva
interfaz
compartida
entre
todos
los
sistemas
operativos
de
Apple,
partiendo
del
lenguaje
de
diseño
que
vimos
por
primera
vez
en
Vision
Pro.
iOS
26,
el
sistema
operativo
del
iPhone,
se
ha
actualizado
a
lo
grande
en
su
beta
para
desarrolladores.
Y
un
servidor
lleva
probándola
desde
ayer.
Voy
a
contarte
qué
me
he
encontrado
en
esta
primera
beta,
una
con
mucho
trabajo
por
delante
y
que
asienta
los
cimientos
de
una
nueva
era
para
Apple.
Una
en
la
que
vienen
curvas.
Liquid
Glass
en
iOS
26

Las
notificaciones
en
pantalla
de
bloqueo
son
prácticamente
ilegibles,
de
momento.
iOS
26
ha
cambiado
por
completo
el
diseño
que
teníamos
en
iOS
18,
y
absolutamente
todos
los
elementos
de
la
interfaz
están
protagonizados
por
transparencias.
En
que
sea
más
o
menos
estético
no
entraré,
es
subjetivo.
Lo
que
no
deja
margen
de
error
es
que…
hay
un
serio
problema
con
el
contraste.
Es
una
primera
versión,
pero
Apple
tiene
un
reto
por
delante
con
las
transparencias:
la
legibilidad
Los
elementos
de
la
pantalla
de
bloqueo
y
pantalla
de
notificaciones,
si
tenemos
un
fondo
claro
(el
que
viene
por
defecto),
presentan
importantes
problemas
de
legibilidad.
No
depende
de
que
tengamos
un
panel
más
o
menos
grande,
es
que
apenas
se
ve
nada
salvo
que
la
notificación
aterrice
en
un
elemento
más
oscuro
del
fondo
de
pantalla.

Si
recae
en
alguna
zona
más
oscura,
la
visualización
mejora
(algo).
Que
los
elementos
del
UI
tengan
los
bordes
transparentes
no
ayuda,
que
absolutamente
todo
sea
transparente,
no
ayuda.
Esta
es
la
primera
beta
para
desarrolladores,
así
que
conviene
ser
cautos.
La
primera
implementación
de
tema
oscuro
en
iOS
fue
sencillamente
terrible.
Ahora
funciona
a
la
perfección.
Lo
que
estamos
viendo
ahora
mismo
es
el
boceto
sobre
el
que
va
a
trabajar
Apple,
y
estos
problemas
de
legibilidad,
al
menos
sobre
el
papel,
deberían
quedar
resueltos.

Me
preocupa
especialmente
el
glow
que
tienen
los
bordes
de
algunas
apps.
Este
brillo
es
buscado,
pero
acaba
logrando
que
las
apps
con
fondo
blanco
se
perciban
bastante
borrosas
y
poco
definidas.
Apple
tendrá
que
buscar
el
equilibrio
entre
respetar
esta
nueva
identidad
visual,
y
que
todo
sea
legible
bajo
cualquier
circunstancia.

El
rediseño
afecta
a
todas
las
apps
nativas,
que
ahora
tienen
una
barra
dinámica
en
la
parte
inferior.
Quizás,
demasiado
dinámica,
al
punto
de
que
la
app
de
cámara
parece
completamente
rota
cuando
la
abres,
y
tienes
que
ser
tú
el
que
intuye
que,
deslizando
sobre
el
icono
de
foto,
se
despliegan
el
resto
de
opciones.
Muy
poco
Apple,
incluso
para
una
primera
versión
beta.

El
sistema
está
cargado
de
detalles,
como
el
tiempo
de
carga
restante
en
ajustes
(no
aparece
en
la
pantalla
de
bloqueo,
como
en
Android).
En
el
lado
positivo,
hay
elementos
muy
cuidados:
animaciones
enfermizamente
afinadas,
mejoras
en
la
pantalla
de
bloqueo
con
la
adaptación
automática
del
reloj
al
elemento
principal
y,
aunque
falte
camino,
una
cohesión
a
nivel
de
apps
nativas
y
sistema
que
antes
no
era
tan
profunda.
Las
animaciones
están
a
medio
cocer,
hay
elementos
rotos
en
la
interfaz,
y
se
nota
que
todo
está
aún
bastante
verde.
No
es
algo
que
me
preocupe
en
exceso,
es
la
primera
beta
para
desarrolladores
del
mayor
cambio
de
diseño
en
la
historia
del
iPhone.
Una
IA
que
sigue
por
detrás
de
sus
rivales
No
esperes
grandes
cambios
en
Apple
Intelligence,
porque
no
los
hay.
El
reconocimiento
de
pantalla
a
través
de
ChatGPT
aún
no
funciona,
las
novedades
para
generar
Genmojis
en
Image
PlayGround
son
insignificantes,
y
la
traducción
automática
no
me
funciona
por
el
momento,
se
me
queda
congelada.

Sí
que
he
podido
probar
el
nuevo
filtro
de
llamadas,
uno
que
viene
para
competir
con
el
de
Google
y
que
es
mucho
más
agresivo.
Apple
filtra
absolutamente
todas
las
llamadas
desconocidas:
Siri
las
pausa,
pregunta
quién
es
y
qué
quiere,
para
mostrárnoslo
posteriormente.
Solo
ahí
decidiremos
si
queremos
coger
el
teléfono
o
no.
Es
una
solución
que
acaba
radicalmente
con
el
SPAM,
pero
que
mata
moscas
a
cañonazos.
No
hay
nada
de
la
detección
inteligente
de
Google,
solo
un
filtro
agresivo
que
acaba
con
todas
las
llamadas
de
números
que
desconozcamos.
Si
tenemos
alguna
urgencia
o
la
persona
que
nos
llama
tiene
especial
prisa,
podemos
acabar
perdiendo
la
llamada
en
el
proceso.
La
clave
en
la
IA
de
Apple
está
en
que
funciona
de
forma
local,
con
un
modelo
propio
que
no
necesita
conexión
constante
a
la
nube.
Apple
abrirá
a
terceros
estas
herramientas
de
Apple
Intelligence
para
que
los
desarrolladores
puedan
utilizarlas
en
sus
apps,
siempre
corriendo
en
modelos
locales.
Su
segundo
gran
punto
es
el
silencio.
Apple
quiere
que
la
IA
esté
ahí
para
ayudarnos
en
funciones
del
día
a
día,
no
para
modificar
por
elementos
del
sistema.
Es
una
implementación
discreta,
aunque
insuficiente.
Nada
de
lo
que
ha
presentado
Apple
es
nuevo
ni
exclusivo:
Google
y
Samsung
llevan
liderando
la
carrera
de
la
IA
en
móviles
desde
hace
más
de
dos
años.
La
traducción
de
llamadas
en
vivo,
los
filtros
de
llamada
(aunque
menos
agresivos),
y
funciones
con
las
que
no
cuenta
Apple
como
el
borrador
de
audio,
asistente
de
navegación
o
compartir
pantalla
con
Gemini
Live
(el
asistente
ve
en
tiempo
real
la
pantalla
e
interactúa
mediante
voz,
no
solo
texto)
en
modelos
como
el
Samsung
Galaxy
S25,
muestran
que
Apple
sigue
lejos
del
trono.
Apple
sigue
a
la
defensiva

Apple
ha
decidido
seguir
una
estrategia
en
la
que
su
IA
controla
lo
cotidiano,
y
lo
avanzado
se
subcontrata
a
compañías
como
OpenAI.
Los
cambios
que,
en
algún
momento,
llegarán
a
Siri,
se
dibujan
como
algo
irrelevante
a
estas
alturas.
Ya
sabemos
cuál
es
la
postura
de
Apple
con
la
IA,
y
tiene
cierto
sentido.
El
problema
es
que
no
es
una
IA
que
venga
para
ganar.
Y
que
Apple
parezca
tener
claro
que
esta
carrera
ya
no
es
suya
es
preocupante.
La
aproximación
local
es
plausible,
pero
no
suficiente.
Respecto
al
cambio
de
diseño,
mi
punto
en
esta
primera
beta
es
el
de
ser
cauto.
Si
hay
algo
que
le
preocupa
especialmente
a
Apple
es
el
mimo
en
sus
interfaces,
y
migrar
todas
sus
plataformas
a
un
nuevo
lenguaje
de
diseño
es
un
proceso
que
llevará
tiempo,
errores
y
aciertos.
Esta
es
una
beta
que
no
recomiendo
instalar.
Tanto
por
sus
problemas
a
la
hora
de
leer
los
elementos
de
la
interfaz
como
por
su
rendimiento.
En
un
iPhone
16
Pro
el
móvil
arde,
laguea,
y
funciona
muy,
muy
lento.
Esperar
a
próximas
versiones,
sobre
todo
a
la
beta
pública
que
verá
la
luz
dentro
de
apenas
un
mes,
es
una
mejor
idea.
Sea
como
fuere,
tenemos
delante
el
futuro
de
Apple
en
los
próximos
años.
La
compañía
lo
describe
como
el
mayor
cambio
a
nivel
visual
desde
iOS
7,
sistema
que
se
presentó
en
el
año
2013.
visionOS
ha
marcado
el
ritmo
y
la
identidad
visual
de
todo
el
ecosistema
Apple.
La
pregunta
es
si
necesitan
ayuda
de
alguien
más
para
marcar
un
nuevo
ritmo
en
IA,
o
si
esta
aproximación
es
la
que
nos
acompañará
durante
los
próximos
años.
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