El gobierno británico ha anunciado que va a llevar a cabo una investigación independiente acerca del creciente número de jóvenes que no estudian ni trabajan (NEET). El secretario de Trabajo y Pensiones, Pat McFadden, informó que casi un millón de jóvenes de entre 16 y 24 años no estudian ni trabajan actualmente, la cifra más alta en más de toda la última década.
La investigación estará dirigida por el exsecretario de Salud del Partido Laborista, Alan Milburn, y se espera que sus conclusiones se publiquen en el verano de 2026. Por el momento, ya se sabe que una cuarta parte de los jóvenes que no estudian ni trabajan citan enfermedades o discapacidades de larga duración como un obstáculo.
Como recoge The Independent, el 80% de las solicitudes de Crédito Universal para la salud están relacionadas con problemas de salud mental o trastornos del neurodesarrollo. Universal Credit es una prestación de seguridad social del Reino Unido que, entre muchas otras cosas, da una ayuda a quienes tienen una capacidad limitada para realizar actividades laborales debido a una enfermedad o discapacidad.
McFadden, ministro de trabajo, considera que en estas circunstancias de problemas de salud mental, el trabajo puede ser «el mejor antídoto» y no ha querido responder a una pregunta muy delicada que le han formulado: si cree que el sobrediagnóstico pueda estar alimentando una crisis de salud mental entre los jóvenes.
Qué está pasando con la generación Z
No podemos permitirnos algo así. El Ministro sí que ha dicho que «no podemos permitirnos perder a una generación de jóvenes condenados a vivir de las prestaciones sociales, sin perspectivas laborales ni esperanza».
Aumentan los jóvenes que piden subsidio por salud. Según el Departamento de Trabajo y Pensiones, el número de jóvenes que solicitan el subsidio de salud y apoyo al empleo del Crédito Universal (UC) ha aumentado en más del 50% en los últimos cinco años.
Crisis de salud mental global. Al mismo tiempo, tenemos muchos estudios muy recientes sobre la crisis de salud mental que está sufriendo la generación Z de todo el mundo, también en España. En muchas ocasiones por la desesperanza hacia un mercado laboral que se les plantea donde trabajar ya no se traduce a vivir cómodamente. Ni siquiera a lograr independizarse de la vivienda familiar en muchas ciudades.
Un entorno geopolítico que no ayuda. A la frustración por la dificultad de encontrar empleos con salarios dignos y hacer frente a la subida de la vivienda, otros estudios apuntan al estrés que supone comenzar la vida adulta en un contexto global triste, marcado por guerras, genocidios, desastres naturales acompañados de la negación del cambio climático por personas de la élite.
Investigar formas de integrar a la juventud en el sistema laboral. El gobierno británico afirma que la investigación de Alan Milburn profundizará en las razones de este aumento y examinará formas de reducir los costes a largo plazo de la inactividad juvenil y de facilitar la inserción laboral de los jóvenes que no reciben prestaciones, como explica la BBC.
Si no, también se plantean el castigo. Por su parte, el primer ministro Keir Starmer ha calificado el sistema de prestaciones sociales actual de insostenible e injusto e incluso un ministro ha planteado que los jóvenes que se nieguen a trabajar pierdan sus prestaciones.
Críticas al sistema educativo. Por su parte, Peter Urwin, Director del Centro de Investigación sobre el Empleo de la Universidad de Westminster, publicaba que la mayoría de estos jóvenes presentan necesidades educativas especiales complejas y discapacidades, o bien, un absentismo escolar grave. Demasiados jóvenes llegan a los 16 años con escasa formación académica, desilusionados con la educación, afirmaba.
Un desafío del sistema. «El sistema de formación profesional inglés se enfrenta a un enorme desafío para ayudarlos a obtener resultados que mejoren sus perspectivas laborales. Además, esto los deja sin preparación para un mercado laboral con cada vez menos oportunidades para jóvenes con baja cualificación», explicaba el mencionado experto.
Qué sucede en España
En España la situación no está mejor. En España también tenemos que casi un millón de jóvenes son ninis y tenemos menos habitantes que el Reino Unido y ahora veremos qué hay detrás de estas escandalosas cifras. El pasado año se hacía público que 927.500 jóvenes ni estudiaban ni trabajaban en el primer trimestre del año, de acuerdo con la Encuesta de Población Activa (EPA) publicada por el Instituto Nacional de Estadística (INE).
Cuando la generación milenial era joven se comenzó mucho a hablar del término «nini». Su traducción es gente joven que «ni» estudia, «ni» trabaja, «ni» está realizando algún tipo de formación.
Al mismo tiempo, en una gigante brecha existente, tenemos que , a pesar de que sigue habiendo muchos ninis como ya hubo en la era cuando los millennials eran jóvenes, hay muchísimos más «sisis» como los define el Instituto Nacional de la Juventud: que estudian y que trabajan y que quieren seguir aprendiendo.
En el informe que analiza la situación de las personas nacidas entre 1997 hasta 2012 afirman que «tomando los Informes de Juventud desde 1992 a la actualidad se observa que, las personas jóvenes que estudian y trabajan (denominados como “sisis”), están aumentando desde 2008, alcanzando los niveles que, en 1992, tenían las personas jóvenes que únicamente trabajaban«.
Los expertos explican este fenómeno mediante dos posibles causas. Por un lado, por la necesidad de actualizar permanentemente educación y formación en un mercado laboral competitivo. Por otro, por la creciente necesidad de que los propios jóvenes contribuyan a costearse los estudios y los procesos emancipatorios. Es decir, que ha aumentado sus obligaciones a la hora de pagarse su formación, con la subida del costo de vida.
Un problema global
Hemos visto que la Gen Z comparte inquietudes a nivel global por el simple hecho de estar conectados a unas redes sociales donde las inquietudes locales acaban llegando a cualquier lugar del mundo, siendo TikTok el epicentro de este fenómeno. Pues los millones de jóvenes que son ninis también es un problema global que incluso comparte características.
La Organización International del Trabajo, OIT, entiende qué sucede. Esto no solo supone un desperdicio de potencial económico, sino que también es probable que tenga un impacto duradero en los jóvenes afectados, dificultando su transición al mercado laboral en los próximos años, según la OIT.
El mismo organismo internacional ha alertado de los futuros problemas que va a traer para todo el mundo tener a la juventud con trabajos precarios e incertidumbre de su futuro.
Imagen | Foto de MingJun He en Unsplash
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