En
silencio,
desde
el
sacrificio
y
la
entrega,
Guillermo
Romero
se
convirtió
en
uno
de
los
nombres
propios
de
la
temporada
2025
de
La
Liga
Federal,
siendo
un
pilar
en
el
repunte
de
Atlético
Tala
en
la
segunda
mitad
de
la
fase
regular.
Guillo
es
hoy
el
segundo
jugador
con
mayor
valoración
en
la
Conferencia
Litoral
(solo
por
detrás
de
Sebastián
Godoy
Vega,
de
Luis
Luciano)
y
el
máximo
rebotero
de
toda
la
zona,
con
promedio
de
13
por
juego
y
alcanzando
incluso
la
marca
de
27
ante
Sportivo
en
Salvador.
Los
Azules
de
Rosario
del
Tala
vienen
de
tres
victorias
al
hilo,
y
se
ubican
en
la
tercera
posición
con
récord
de
7
triunfos
y
7
caídas.
“Me
estoy
sintiendo
muy
bien.
Si
bien
me
perdí
los
primeros
partidos
por
lesión,
de
a
poco
estoy
volviendo
a
mi
nivel.
Y
cuando
al
equipo
le
va
bien,
uno
se
siente
a
gusto,
porque
significa
que
está
aportando
lo
correcto”,
resume
el
interno.
Sobre
su
capacidad
rebotera,
Romero
no
esquiva
la
autocrítica
ni
el
humor:
“Es
una
virtud
que
fui
forjando
desde
chico.
En
muchos
equipos
me
tocó
tener
un
rol
secundario,
y
una
de
las
formas
de
anotar
era
cargando
al
rebote
ofensivo.
También
hay
una
cuota
de
intuición…
y
mañas,
jaja”.
Atlético
atraviesa
un
gran
presente,
y
Guillermo
lo
vive
con
entusiasmo:
“Veo
un
equipo
en
alza,
sobre
todo
en
lo
anímico.
No
arrancamos
bien,
pero
supimos
ganar
partidos
clave
con
el
trabajo
de
todos
y
una
unión
colectiva
muy
necesaria
para
competir
con
rivales
directos.
Las
expectativas
son
llegar
lo
más
lejos
posible.
Nuestra
zona
es
muy
pareja,
todo
se
define
en
la
última
fecha”.
Pero
además
del
básquet,
Romero
combina
su
carrera
con
la
académica:
“Al
principio
puede
ser
desgastante.
En
los
primeros
años
de
la
carrera
de
Nutrición
se
hizo
complejo,
pero
ahora,
ya
cursando
el
cuarto
año,
la
perspectiva
es
otra.
Una
vez
que
te
generás
el
hábito
y
aprendés
a
administrar
tiempos,
no
solo
se
hace
llevadero
sino
que
también
ayuda
a
poner
el
foco
en
otra
cosa,
a
mantener
la
mente
ocupada,
aparte
de
obviamente
adquirir
conocimientos”,
agrega
el
platense
que
cumplirá
30
años
el
28
de
mayo.
Su
historia
deportiva
comenzó
en
su
ciudad
natal,
en
Círculo
policial
de
La
Plata,
luego
siguieron
Ciclista
Juninense,
Rocamora,
Sarmiento
de
Junín,
Atlético
Tala,
Colón
de
Santa
Fe,
San
Isidro,
Bancario
de
Gualeguay,
Villa
San
Carlos,
Parque
Sur,
La
Unión
de
Colón
y
Villa
Mitre.
Pero
la
Conferencia
Litoral,
para
Romero,
tiene
una
identidad
muy
marcada:
“Siento
que
es
una
de
las
zonas
más
reñidas
y
pasionales
del
país.
A
cualquier
cancha
de
Entre
Ríos
que
vayas,
el
público
es
determinante.
De
local
se
siente
que
tenés
un
jugador
más
en
cancha”.
Guillermo
retornó
a
La
Liga
Federal
por
una
razón
especial:
“La
decisión
de
volver,
y
más
precisamente
a
Rosario
del
Tala,
fue
por
estar
cerca
de
mi
hijo,
Ivo.
Va
a
cumplir
cinco
años,
y
no
quiero
perderme
esa
etapa.
Además,
me
siento
identificado
y
querido
en
Atlético.
Tiene
jerarquía
en
el
torneo
y
un
espíritu
familiero,
todo
se
hace
a
pulmón
y
eso
hoy
no
se
encuentra
fácilmente”.
La
relación
de
Guillermo
Romero
con
su
padre,
ex
basquetbolista
El
legado
familiar
no
termina
ahí.
Su
padre,
de
62
años,
también
es
protagonista.
Casualmente
en
la
semana
del
Día
del
Entrenador/a
de
Básquet,
fue
MVP
del
Torneo
marplatense
de
Maxibásquet
“León
Najdunel”,
y
Guillo
no
duda
en
emocionarse
al
hablar
de
él:
“Mi
viejo
fue
mi
referente.
Me
acompañó
siempre,
incluso
cuando
me
fui
a
los
14
a
Junín.
A
veces
dejaba
de
lado
sus
partidos
por
los
míos.
Bromeo
con
que
él
es
“el
Romero
bueno”.
Tiene
mucho
talento,
pero
en
su
época
no
había
tantas
oportunidades.
Me
dio
todo
lo
que
él
no
tuvo,
por
eso
es
mi
ídolo”.
Y
como
si
eso
fuera
poco,
compartieron
cancha
en
Circulo
Policial
cuando
Guillermo
tenía
apenas
13
años.
“Fue
una
sensación
hermosa.
Era
uno
de
sus
últimos
partidos
como
profesional
y
yo
estaba
ahí.
Tenía
mil
emociones.
Nos
unía
el
deporte
que
amamos.
Él
me
quiso
asistir
y
yo
la
erré,
pero
eso
quedó
como
una
linda
anécdota”,
recuerda
entre
risas.
Para
cerrar,
Romero
destacó
la
evolución
del
certamen:
“Siento
que
esta
edición
de
La
Liga
Federal
es
incluso
mejor
que
la
anterior.
Muchos
equipos
se
reforzaron
con
jugadores
que
vienen
de
La
Liga
Argentina,
algo
que
antes
no
se
veía
tanto
y
que
eleva
la
vara.
En
líneas
generales,
veo
un
crecimiento
en
el
nivel
de
juego
y
eso
es
muy
positivo
para
todos”.
Él
juega
con
el
corazón
y
con
la
memoria.
Desde
la
lucha
en
cada
rebote
hasta
la
emoción
de
una
carrera
atravesada
por
la
familia
y
la
educación.
El
presente
lo
tiene
como
figura.
El
futuro,
como
ejemplo.

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