De acuerdo a las cifras de la Administración Federal de Aviación (FAA), entre abril y junio de este 2018, los pilotos de aviones comerciales reportaron el avistamiento de casi 800 drones. Y aunque no todos violando el espacio aéreo, esta cifra es un recordatorio lo que la posibilidad de que un drone se impacte contra un avión está ahí.
En el caso de Estados Unidos, se reportan cada día más de 40.000 drones en el aire, y aunque sabemos que el choque entre un avión y un drone podría ser extremadamente peligroso, ahora gracias a un vídeo podemos confirmar que incluso podría ser catastrófico.
Un crudo recordatorio de lo que puede pasar
Kevin Poormon, líder del grupo de física de impacto dentro del Instituto de Investigación de la Universidad de Dayton, es a día de hoy el responsable de importantes investigaciones como el análisis de la capacidad de resistencia de los diferentes tipos de blindaje, así como el impacto provocado en las naves espaciales de los escombros viajando a 6,5 km/s, entre otra cosas. Es decir, Poormon ayuda a las compañías de aeronáutica a proteger sus aeronaves contra el impacto de varios objetos, desde aves hasta drones.
Ante esto, Poormon decidió hacer un experimento acerca de los daños que provocaría el impacto de un drone comercial en el ala de un avión. Para esto, contó con el apoyo del Centro Nacional de Capacitación y Certificación UAS de Sinclair College, quienes le proporcionaron un par de drones DJI Phantom 2 y un ala derecha de un pequeño avión Mooney M20.
Para la prueba, Poormon uso el cañón de aire más grande de su laboratorio, que tiene 30 centímetros de diámetro y un peso de 1,27 toneladas, y que cuyo mecanismo consiste en disparar objetos a gran velocidad a lo largo de sus 12 metros de longitud usando aire comprimido.
Es así como montó el drone en el cañón y lo disparó a una velocidad de 380 km/h, que sería la velocidad combinada aproximada de un drone y un avión que está aterrizando. Tres centésimas de segundos después, el drone se impactó contra el ala.
Como podemos ver en el vídeo, capturado por una cámara a una velocidad de 10.000 fotogramas por segundo, el daño contra el ala es considerable, ya que no sólo se trata de un impacto, sino que el drone perfora la estructura y hunde dentro de una forma terriblemente asombrosa.
De acuerdo a las conclusiones de Poormon, el impacto del drone habría perforado el ala, además de golpear y abollar un larguero, un elemento estructural vital, por lo que avión perdería todo control y sería casi imposible que sobreviviera. A modo de comparación, el equipo de investigación menciona que el mismo impacto con un ave del mismo tamaño, resultaría en un daño en el ala, pero no causaría ningún daño interno.
A pesar de que el experimento se realizó con un ala de avión pequeño, y que la mayoría de los aviones comerciales cuentan con una mayor protección al tener medidas de seguridad más exigentes, este ejemplo busca crear conciencia en el uso de drones y la importancia de respetar los espacios aéreos. Según Poormon, los drones se propagan y el peligro de un choque también, «solo debemos tener cuidado y ser conscientes de lo que puede suceder si se usan de forma poco responsable».