A
unos
100
kilómetros
de
Bakú,
la
capital
de
Azerbaiyán,
se
encuentra
una
ciudad
prácticamente
desconocida.
Neft
Daşları,
que
en
azerí
significa
“Rocas
Petrolíferas”,
es
un
núcleo
urbano
e
industrial
que
no
tiene
paralelo
en
el
mundo.
Se
trata
de
una
plataforma
petrolífera
cuyos
pozos,
edificios
y
vías
de
comunicación
se
extienden
a
través
del
mar
Caspio,
el
lago
más
grande
del
planeta.
Pese
a
que
Neft
Daşları
tiene
más
de
70
años
y
que
el
mar
ha
consumido
parte
de
su
infraestructura,
sus
plataformas
siguen
activas.
La
población,
que
supo
alcanzar
los
5.000
habitantes
en
sus
mejores
tiempos,
ha
disminuido
a
poco
más
de
3.000,
pero
la
extracción
de
petróleo
día
y
noche
bajo
el
control
de
la
Compañía
Estatal
de
Petróleo
de
Azerbaiyán
(SOCAR)
todavía
es
una
realidad.
Neft
Daşları,
una
plataforma
con
más
de
70
años
de
historia
El
proyecto
comenzó
en
noviembre
de
1949
con
la
construcción
del
primer
pozo
de
petróleo
de
Neft
Daşları.
En
1951
partió
el
primer
barco
con
crudo
extraído
por
primera
vez
en
la
historia
del
mar
abierto.
Las
obras
en
este
peculiar
lugar
continuaron
hasta
convertirse
en
un
gigante
con
alrededor
de
2.000
pozos,
centenares
de
sitios
de
producción
y
decenas
de
puentes.
Neft
Daşları
se
expandió
mucho
más
allá
de
la
pequeña
isla
inicial,
conectándose
con
varias
islas
artificiales.
Estas
últimas
se
mantenían
en
la
superficie
gracias
a
enormes
postes
clavados
en
el
lecho
marino.
En
el
lugar
también
se
hundieron
deliberadamente
varios
barcos
para
ayudar
a
proteger
las
islas
artificiales.
Por
este
motivo
también
es
conocida
como
“la
isla
de
los
siete
barcos”.
Como
podemos
ver
en
algunas
imágenes
publicadas
por
SOCAR,
así
como
en
las
fotografías
compartidas
en
Google
Maps,
Neft
Daşları
contaba
con
varios
edificios.
Entre
ellos
se
podían
encontrar
unidades
habitacionales,
tiendas,
un
hospital,
un
teatro
y
un
campo
de
fútbol.
También
había
una
plaza
y
un
helipuerto.
Los
trabajadores
vivían
en
una
auténtica
ciudad
flotante
construida
para
ellos.
Las
cosas
en
Neft
Daslari
han
cambiado
con
el
paso
del
tiempo.
Si
bien,
como
decimos,
algunos
pozos
continúan
funcionando
y
todavía
viven
miles
allí
muchas
de
personas,
la
actividad
es
menor
que
en
sus
mejores
tiempos.
La
infraestructura
en
las
zonas
no
operativas
ha
caído
en
el
olvido,
desmoronándose
parcialmente.Imágenes
|
Wikimedia
Commons
(1)
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SOCAR
(1,
2,
3)