La voz se entrecorta un poco y cambia el tono que venía trayendo en la charla cuando la misma va hacia el recuerdo. Pero lejos está de quebrarse. Seguramente la procesión va por dentro, pero dicen que a todo golpe -por más duro que sea- hay que tomarlo con entereza, y Lucas Pérez es una expresión gráfica de ello. Esa mentalidad, corazón y personalidad especial probablemente fueron clave para completar una noche así. El martes, a días del fallecimiento de su padre, Chiche (67 años), el base decidió salir a la cancha tras no estar en el J1. Y no sólo le puso el pecho a la situación, sino que fue determinante (19 puntos, tres rebotes y dos asistencias en 33m) para ganarle a San Martín en Corrientes (95-83), donde sólo había perdido dos partidos en fase regular. Y así, Boca, que entró a playoffs casi por la ventana (15º), se puso 1-1 ante un candidato. Antes del J3 de esta noche (20, DirecTV Sports), Lucas analiza la serie y se abre con Olé.
-¿Qué significó llevarse un partido así, con esa contundencia y en una cancha donde pocos habían podido ganar en las últimas temporadas?
-Fue muy bueno. A los chicos se les escapó el primer partido tras hacer tres cuartos muy competitivos, entonces sabíamos que había una posibilidad de llevarse uno. El segundo lo llevamos bien, pudimos manejar los últimos tres cuartos después del primero parejo, eso nos dio margen para cerrar mejor, y les pasó un poco la presión a ellos. Por suerte se logró un punto importante, pero sabemos que no cuenta de nada si no seguimos haciendo el trabajo en casa. Mañana (por hoy) será un partido muy importante.
-¿Cuál es el plan contra San Martín?
-Entre el primer y segundo partido, la diferencia fueron las pérdidas. Contra equipos importantes, si perdés muchas pelotas se transforman en puntos fáciles, te hacen pagar los errores. El cuidado del balón fue clave, lo pudimos hacer mucho mejor en el segundo partido. Después, les sacamos el contragolpe, que viene a relación de lo primero. Y en el cinco contra cinco se apoyan mucho en el juego interior y tienen buenos tiradores a pie firme para cuando sacan la bola. Esas dos armas principales son de las que hay que cuidarse.
-¿Cambió la serie tras el triunfo?
-Hasta ahora está todo igual, más allá de haber sacado un partido importantísimo de una cancha durísima. Fue muy valioso, pero si no cerramos el trabajo en casa, o no sumamos un punto más de los que vienen, seguirá todo igual. Y si bien ellos perdieron poco de local, también son uno de los que más ganaron de visitante. Son un equipo importante, así que ahora hay que lavar la cabeza porque esto sigue.
-Muchas veces se dice que la Liga te pone en el lugar que te merecés. Ustedes estuvieron navegando entre pelear por la Permanencia y terminaron en playoffs. ¿Qué equipo es Boca? ¿Se puede marcar un click que cambió al equipo a uno más peligroso?
-Lo primero es cierto, por eso se juegan tantos partidos. También es cierto que los equipos sufren cambios a lo largo de la temporada, incluidos nosotros. Cambiamos mucho el plantel, extranjeros, un nacional y hasta el técnico. Fuimos mutando y en un momento pudimos sacarlo adelante y salir de la zona de Permanencia. Es más, estuvimos a un juego de ser 12º. La Liga está muy pareja en ese sentido. Fuimos muy irregulares, pero en el último mes pudimos meter tres o cuatro partidos al hilo que nos sacaron de la parte baja, y en donde el equipo se encontró, con una identidad y forma de juego.
-Es inevitable puntualizar en algo, que fue tu enorme actuación en el contexto del juego 2. ¿Cómo lo viviste?
-Me tocó un momento personal difícil. Cada uno lo afronta como puede, va mucho por el carácter de uno. Tengo que agradecerle mucho a la dirigencia, que me permitió ir con mi familia para despedir a mi papá. Después volví y me metí rápido en el juego. Soy muy metódico, me gusta ir temprano a la cancha para enfocarme. Y el apoyo de mis compañeros también fue determinante.
-¿Necesitabas jugar ese partido?
-Sin dudas. Para mí el básquet fue un cable a tierra, porque es lo que me gusta desde chico y porque a mi papá le gustaba verme. Lo disfruté, y es lo mínimo que podía hacer. Era una forma de retribuirle algo a mi viejo y también al club, que me había apoyado para viajar y estar tranquilo. Es más, ellos me dijeron que fuera con mi familia y me sumara cuando fuera necesario. No veía la hora de volver a la serie.
-Uno relaciona a Boca con éxito, responsabilidades, pelear arriba y por cosas importantes. Sin embargo, te tocaron dos años de más angustia que otra cosa, incluida la serie por la Permanencia del año pasado. ¿Cómo se vivieron, se sufrieron?
-Fue así, pero el hincha también está acostumbrado a sufrir para después ganar. Boca lleva algunos años peleando por la Permanencia, y por suerte este año se pudo entrar en los playoffs. Y recién empiezan. Veremos dónde termina.
-¿Qué significaría para ustedes avanzar bajando a un candidato?
-Sería revertir un poco un año de sufrimiento. Sería poder dar vuelta una situación y nos permitiría disfrutar un poco de esto. Si bien es un trabajo, también es un juego y no hay que perder eso de disfrutar, de seguir jugando sin irse a casa temprano.