Cuando las políticas ambientales criminalizan los medios de vida de las comunidades

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Familia de la comunidad Yshir del Alto Paraguay.

Familia de la comunidad Yshir del Alto Paraguay.

El filme que se estrena hoy a las 22 por Construir TV retrata la vida actual de las comunidades Yshir y las violencias que sufren como resultado de las políticas implementadas por parte de los organismos internacionales encargados de la preservación de la biodiversidad en el planeta.

El documental, que fue parte de la Selección Oficial del Festival de Nuevo Cine Latinoamericano de La Habana, cierra la Trilogía de la Tierra que abrió Arcella en 2011 con «Crónicas de la Gran Serpiente», que era un recorrido sobre la filosofía de pueblos originarios americanos y continuó en 2014 con «La ceremonia», un viaje al interior del espíritu y la cultura del pueblo Yshir del Alto Paraguay, localizado en la triple frontera entre ese país, Bolivia y Brasil.

«La primera película de la trilogía trató sobre la filosofía de los pueblos americanos; la segunda sobre la espiritualidad y el vivir en la naturaleza de los Yshir y ésta sobre la criminalización de los medios de vida ancestrales que ellos vienen desarrollando desde hace más de 15.000 años, del ataque al sustento a este pueblo nómada»,  cuenta Arcella en una primera ubicación sobre los temas que recorre la película que estrena hoy y se podrá ver gratis hasta el miércoles 22 en la plataforma Octubre TV.

De algún modo la película muestra el lado B de las políticas ambientales.

Darío Arcella

El pueblo Yshir se desarrolló en América en un área que va del Gran Pantanal do Sul en Brasil hasta Formosa en Argentina, y posee un idioma propio, fuera de los troncos lingüísticos del guaraní o el quechua, son un pueblo nómade que vive de la recolección, la caza y la pesca, que hasta la década del 30 se desarrollaron en un área de un millón de hectáreas, reducidas en la actualidad a 30.000 producto de la extensión de la frontera agrícola.

«Yo llegué por primera vez allá en 1994 con el investigador y antropólogo Mario Blaser y realicé entonces un mediometraje («Chamacoco, la amenaza de Nemur»), que a ellos les fue útil para presentar a la comunidad en situaciones donde aspiraban a aplicar para proyectos internacionales, en todos estos años nos fuimos integrando a la comunidad desde nuestro lugar específico de cineastas pero en una relación que fue creciendo», cuenta Arcella en charla con Télam desde Unquillo, Córdoba, donde vive.

A partir de entonces Arcella realiza viajes periódicos a la comunidad, de los cuales surgió «La ceremonia», filmado entre 2005 y 2012 y donde registra una representación colectiva que los Yshir desarrollan a lo largo de tres meses y con la cual inician a los jóvenes varones en los fundamentos filosóficos y teológicos de la comunidad.

Télam: ¿Cómo surge este tercer filme de la trilogía?

Darío Arcella: Parte de una investigación de doctorado que hizo Mario Blaser sobre cómo se deciden las políticas ambientales o de desarrollo que afectan a estos pueblos sin que ellos participen de estas definiciones. Así entran en el filme organismos como el GEF (Global Enviroment Facilities), que es un fondo internacional con sede en Washington y que depende del Departamento de Estado norteamericano destinado a hacer ecosustentables determinados proyectos de explotación industrial; y el Programa para el Desarrollo de las Naciones Unidas (PNUD). 

El realizador Darío Arcella.

El realizador Darío Arcella.

El problema es que los programas se van armando siguiendo determinadas formalidades burocráticas de tipos que no conocen las zonas donde los proyectos se aplican y después hay una serie de ONGs que son las encargadas de ejecutar el proyecto en territorio que manejan unos tiempos de consulta y decisión muy distintos de los tiempos de consulta y análisis de las comunidades. En la medida en que no se respeten estos tiempos de las comunidades los proyectos están destinados al fracaso.

T: Casi una contradicción entre los principios que guían los proyectos y su instrumentación.
DA
: Alguien definió a la película como el lado B de las políticas ambientales. En este caso se decidió crear un área de biodiversidad en territorio Yshir y esto les prohíbe pescar y cazar, que son sus sustentos de vida, donde lo hacen desde hace miles de años. Si ellos van a esos lugares son reprimidos, encarcelados, hay incluso desaparecidos. Los Yshir tienen una relación con la naturaleza antiquísima, tienen toda una mitología que determina en qué momento hay que matar al yacaré y al carpincho; ellos establecen toda una serie de pactos con la naturaleza desde hace 15 o 20 mil años, y este programa que se implementó violenta eso.

Los Yshir son un pueblo nómade que vive de la caza, la pesca y la recolección desde hace tiempos inmemoriales.

Los Yshir son un pueblo nómade que vive de la caza, la pesca y la recolección desde hace tiempos inmemoriales.

T: ¿Hay una amenaza a su subsistencia?

DA: Desde mediados de los 80 los Yshir van perdiendo territorio ante el avance dramático de la frontera agrícola, con la muerte de la biodiversidad, los bosques y las selvas. La película indaga este panorama complejo donde hay un conjunto de razones que confluyen en el despojo de tierras y derechos de esta comunidad y que pone en peligro su existencia como pueblo. Un pueblo sin territorio no puede desarrolarse, además de que ellos tienen una idea de desarrollo que es distinta de la idea de desarrollo del capitalismo occidental.

T: ¿Qué fue lo que motivó tu interés en los Yshir?

DA: Ellos viven a su manera desde tiempos inmemoriales, comienzan una tímida relación con la civilización occidental cerca de 1890 y un poco más a partir de 1930 pero es recién desde 1985 que ellos tienen un contacto fluido, es algo muy reciente, de modo que es un pueblo con mucha vida espiritual propia, no fueron evangelizados, por decirlo de un modo claro. Estos pueblos hacen una construcción de sí mismos muy distinta, con otra relación con la tierra, otro conocimiento de los movimientos celestes, otro conocimiento de las plantas, y la particularidad que tienen sobre otros pueblos originarios es que al haber comenzado su relación con Occidente tan tarde les permitió conservar un estado de desarrollo propio, con una vida en un equilibrio dinámico permanente con el entorno. Mientras que en muchos pueblos originarios el deterioro cultural es importante, en los Yshir su identidad cultural es muy fuerte.