«Casi humano», un divertido y existencial monólogo en manos de Casablanca y Bello

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El espectáculo “Casi humano”, creado y dirigido por Daniel Casablanca y actuado por Rodrigo Bello, acerca de un empleado que está esclavizado dentro de un trabajo virtual, debutó este domingo en las redes como otro ejemplo de los recursos que usan los artistas locales para sobrevivir a la temporada de cuarentena.

Quienes estén interesados en conocer el monólogo, que se repetirá el domingo 21 a las 18, con el agregado de una charla con los responsables, podrán acceder al link de autorización de Youtube al adquirir sus entradas en comedia.com.ar

Si bien la versión streaming sigue sin ser teatro por la nula comunicación entre el intérprete y el público que está frente a la computadora o a un televisor capacitado para reproducir la señal, la actuación de Bello y el texto de Casablanca, en el que también colaboró el actor, tienen suficiente fuerza como para superar el escollo.

La ventaja de esta obra en sí es el carisma de Bello y su permanente comunicación en el público –en la grabación se observa al espectador real, en la única función que se hizo-, al que contrariamente a lo acostumbrado, no se insta a apagar sus celulares sino a hacer uso de ellos para interactuar con la escena.

El personaje se supone el trabajador alienado de una “colmena” digital cuya única interlocutora es una tal Mónica, no una mujer sino una plataforma de inteligencia digital, que como hace más de medio siglo descubrió Stanley Kubrick, es capaz de dialogar, pensar por sí misma y atormentar al ser humano.

El intercambio entre Mónica y el protagonista sometido está cargado de humor y la puesta abunda en referencias tecnológicas a los internautas, sus redes y mecanismos, casi siempre en pugna con los deseos y las necesidades humanas. El chiste es que Mónica, con un marcado acento hispánico, siempre tiene que tener la última palabra, como si de una discusión marital se tratara.

Para ello la puesta goza de un despliegue visual muy cuidado, que casi no se pierde en la transmisión on line, con pantallas laterales de excelente resultado, así como una suerte de biombo traslúcido detrás del cual el protagonista simula contactarse con otros en una cyberbúsqueda desesperada de contacto humano.

Entre citas a Calderón de la Barca acerca del tema de los sueños y a William Shakespeare en sus dudas hamletianas, el personaje se ve obligado a alimentarse y descansar de acuerdo a las instrucciones recibidas, con la inevitable pérdida de su intimidad (lo que da para varias asociaciones).

Lo que rescata notoriamente a “Casi humano” es el humor, que por momentos es verdaderamente hilarante -aunque no cuente con la complicidad de los compañeros de butaca- y que lanzado con toda inteligencia apunta a las pautas inhumanas y comerciales de las plataformas.

Por supuesto que el mayor mérito recae en Casablanca y Bello –un actor fogueado en el formidable trío Improcrash, especialista en repentizaciones-, que le encuentran el tenor y el ritmo a un espectáculo que hace reír mientras apoya sus pies en una angustia y una opresión que pueden estar no tan lejos.