En plena ola de bronquiolitis, esta fue la experiencia de mi bebé ingresado por esta enfermedad

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En España, estamos viviendo una ola de casos de bronquiolitis que tiene las urgencias pediátricas saturadas con niños enfermos. Esta infección respiratoria, provocada en la mayoría de los casos por el virus respiratorio sincitial (VRS), es la causa de ingreso más frecuente en niños menores de dos años, y mi bebé pasó por ello con tan solo tres meses.

Se de primera mano el daño que puede llegar a provocar la bronquiolitis en los niños, lo malitos que se ponen y la angustia e impotencia de los padres. Por eso, y con el ánimo de apoyar a las familias que estén viviendo por primera vez esta situación, me gustaría compartir cómo ha sido nuestra experiencia con la bronquiolitis y qué consejos nos dieron en su momento que nos ayudaron mucho.

Lo que para un adulto es un catarro, para un bebé puede ser algo mucho más serio

Mi bebé tenía tan solo tres meses cuando ingresó por primera vez con bronquiolitis aguda causada por el virus VRS. Todo comenzó con un ‘simple’ resfriado que inicialmente le provocó mocos, tos y unas décimas de fiebre.

Mi hijo no iba a la guardería y tampoco había nadie enfermo en casa, pero días antes de ponerse malito, mi bebé pasó la tarde en brazos de una persona con síntomas catarrales que vino a hacernos una visita.

No se si esto fue la causa o se trató de una pura coincidencia, pero desde entonces me volví muy exigente con todo aquel que quisiera venir a casa a visitarnos. Y es que muy posiblemente, aquel catarro sin importancia para ese adulto le supuso a mi bebé cuatro días de ingreso hospitalario con oxigenoterapia de alto flujo y el principio de un largo camino de episodios repetidos de broncoespasmos.

«Te aconsejo que tengas mucha paciencia y mucha precaución con tu bebé a partir de ahora« – me recomendó una madre a la que conocí en la sala de espera del hospital, y que también tenía a su hijo ingresado por bronquiolitis por segunda vez. – «En ocasiones, esta enfermedad trae cola después durante los primeros años» – me advirtió-.

Y desgraciadamente, a nosotros nos pasó así.

Bronquiolitis: la enfermedad que es la causa de ingreso más frecuente en niños menores de dos años

El segundo ingreso ocurrió de nuevo en diciembre del año siguiente, cuando mi bebé tenía 15 meses. En aquella ocasión fue su hermano quien le contagió de un resfriado, y aquel primer catarro de la temporada llegó por la puerta grande.

En apenas cuatro días desde el inicio de los síntomas, mi bebé comenzó a presentar dificultad respiratoria. Fue mientras le desnudaba para bañarlo cuando me di cuenta de cómo hundía su abdomen y marcaba las costillas para respirar, así que me lo llevé rápidamente al hospital. La historia se repetía por segunda vez y nuevamente tuvo que ser ingresado con oxígeno.

Desde entonces, cada vez que mi hijo se resfriaba solía derivar en una crisis asmática o broncoespasmo que requería de hospitalización, además de inhaladores en casa durante días.

En cualquier caso esta es tan solo nuestra experiencia, y aunque los estudios han demostrado que la bronquiolitis por VRS en menores de dos años se asocia de forma significativa con un riesgo aumentado de padecer sibilancias recurrentes en los primeros años de la infancia, no siempre sucede así.

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Si tu bebé es menor de dos años y acaba de ser diagnosticado con una bronquiolitis, dependiendo de su estado podría ser necesaria la hospitalización.

En cualquier caso, tanto si estáis en el hospital como si estáis en casa, estas son las recomendaciones que deberéis tener en cuenta:

Hidratación y alimentación

lactancia

lactancia

Los bebés con bronquiolitis suelen tener dificultades para alimentarse, se cansan con las tomas, tienen menos apetito o incluso vomitan.

Si estáis en el hospital los profesionales vigilarán de cerca este tema (pudiendo ser necesario en algunos casos la administración de líquidos por vía intravenosa), pero si estáis en casa es muy importante que controles cualquier signo de deshidratación si crees que tu bebé no está alimentándose lo suficiente.

Si estáis con lactancia (materna o en biberón) mi consejo es que le ofrezcas de forma regular y en pequeñas tomas, para mantener una buena hidratación. No obstante, si tu bebé está somnoliento y rechaza alimentarse o beber líquidos, acude a urgencias.

Lavados nasales

Realizar al bebé lavados nasales con suero fisiológico le permitirá tener la naricita despejada de mocos y le ayudará a respirar mejor. Es importante realizar esta maniobra correctamente y repetirla con frecuencia, a pesar de que el momento suele disgustar bastante a los niños.

Observa con frecuencia cómo respira tu bebé

Si estáis en el hospital tu bebé estará conectado a un medidos que le estará controlando la saturación de oxígeno en todo momento y pitará cuando esta descienda, alertando al personal sanitario.

Pero si estáis en casa es extremadamente importante que vigiles continuamente cómo respira tu bebé para comprobar si existen señales que indiquen la presencia de trabajo respiratorio.

Para poder valorarlo de forma rápida y sin molestar al bebé (cuando lloran es más difícil identificar dichas señales) te aconsejo que vistas a tu hijo con prendas que se desabrochen por delante fácilmente y dejen al descubierto su abdomen y pecho sin tener que desnudarle por completo. Así, con un sencillo gesto y sin molestarle, podrás comprobar mejor cómo respira tu bebé incluso cuando esté durmiendo.

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Otros cuidados en casa

Otros consejos que a nosotros nos ayudaron a aliviar los síntomas de la bronquiolitis estando en casa fueron los siguientes:

  • Incorporar ligeramente el colchón de la cuna para ayudar al bebé a respirar mejor.
  • Mantener la humedad del aire de la habitación donde esté el bebé entre un 40 y un 60 por ciento. Si está más baja, podría ser aconsejable utilizar un humidificador doméstico para ayudar a aliviar la tos y la congestión.
  • El humo del tabaco es muy perjudicial para los niños, y especialmente para aquellos con problemas respiratorios como la bronquiolitis. Por eso, no permitas que nadie fume cerca de tu bebé y evita ambientes cargados, contaminación ambiental y aglomeraciones.
  • Los brazos de papá y mamá son el mejor remedio para los niños malitos. Cogerle en brazos o portearle incluso dentro de casa le relajará, le aliviará el malestar y le ayudará a respirar mejor al estar en una posición más incorporada.
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Consejos si estáis en el hospital

Si os toca pasar por el hospital, mi principal consejo -por típico que resulte- es que os arméis con kilos y kilos de paciencia porque la estancia allí se hace realmente pesada, sobre todo si no os permiten más de un acompañante por niño.

Pide a alguien que te lleve al hospital un cargador de móvil, ordenador portátil, libros, bolsa de aseo y ropa de repuesto para ti y tu bebé. También agradecerás una almohada (no siempre te la dan en el hospital), un termo grande de café caliente y snacks para comer, ya que no podrás (ni querrás) dejar solo a tu bebé para ir a la cafetería o a las máquinas expendedoras si tienes hambre entre horas..

Si tu bebé es muy pequeñito, probablemente no necesites juguetes ni artículos para entretenerse, pues lo único que querrá será estar en tus brazos. Pero si es más mayor te aconsejo que le lleves juegos que le entretengan durante largos periodos de tiempo sin necesidad de moverse de la cama, como los cuentos, cromos para pegar en un álbum o una libreta, cuadernos de colorear, puzzles, insertables de cuentas…

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Si no hay impedimento médico, no dudes ni un momento en coger a tu bebé en brazos o acurrucarte a su lado en la cama. Estar juntitos os reconfortará y relajará a ambos.

Digo esto porque a veces, es normal que los padres sintamos cierto reparo en abrazar o sostener a nuestro peque cuando está con las gafas o mascarilla de oxígeno y con el oxímetro de dedo. De hecho, es posible que al coger a tu hijo en brazos o al moverle para cambiarle/asearle, el oxímetro se suelte o las gafitas se salgan de su nariz y eso te alarme. 

Recuerda que el personal sanitario está para ayudarte, así que no dejes de consultarles cualquier duda o preocupación al respecto pues eso te ayudará a afrontar el momento de una forma más serena y confiada.

Consejos de prevención

ventilar la casa

ventilar la casa

No siempre es posible prevenir la bronquiolitis en bebés y niños pequeños, pero hay una serie de medidas que podemos adoptar para minimizar los riesgos:

Por propia experiencia os diré que esta lucha a veces desgasta, pues no todo el mundo llega a comprender la gravead de la situación y es frecuente que tachen a los padres de «extremistas» o «exagerados». Pero es la salud de tu bebé la que está en juego.

Foto de portada | Depositphotos

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