Elon
Musk,
el
visionario
detrás
de
Tesla
y
SpaceX,
sorprendió
al
mundo
hace
tres
años
cuando
reveló
en
una
entrevista
televisiva
que
tiene
síndrome
de
Asperger.
Este
anuncio,
lejos
de
ser
una
simple
confesión
personal,
ha
servido
como
un
impulso
para
aumentar
la
conciencia
pública
sobre
esta
condición,
categorizada
dentro
del
llamado ‘espectro
autista’.
Pero,
¿qué
implica
realmente
este
diagnóstico
y
cómo
se
refleja
en
la
vida
y
logros
de
una
de
las
figuras
más
influyentes
del
siglo
XXI?
Un
vistazo
al
síndrome
de
Asperger
El
síndrome
de
Asperger
es
una
condición
que
afecta,
según
las
estimaciones,
aproximadamente
al
0,9%
de
la
población
mundial:
quienes
lo
padecen
presentan
dificultades
en
las
habilidades
sociales
y
comunicativas,
como
interpretar
expresiones
faciales
o
comprender
ironías.
Sin
embargo,
esta
condición
no
puede
ser
considerada
propiamente
una
enfermedad,
sino
una
forma
particular
de
procesar
la
información:
los
expertos
aún
están
divididos
entre
considerarla
una
limitación
o
tan
sólo
una
variante
natural
del
funcionamiento
de
la
mente
humana.
Y
es
que
las
personas
con
Asperger
tienden
a
percibir
el
mundo
con
una
mayor
sensibilidad
a
los
estímulos
sensoriales,
como
la
luz
o
los
sonidos,
que
pueden
resultar
intensamente
abrumadores.
Asimismo,
suelen
mostrar
intereses
hiperfocalizados
y
una
capacidad
analítica
destacada,
lo
que
puede
convertirse
en
una
ventaja
en
campos
como
la
ciencia,
la
tecnología
y
la
innovación.
El
Asperger
suele
manifestarse
en
la
infancia,
cuando
los
niños
enfrentan
dificultades
para
integrarse
en
entornos
escolares
y
sociales.
Aunque
las
causas
exactas
del
Asperger
siguen
siendo
un
misterio,
los
estudios
apuntan
a
factores
genéticos
que
influyen
en
el
desarrollo
cerebral.
El
Asperger
en
la
vida
de
Elon
Musk
La
personalidad
y
los
éxitos
de
Elon
Musk
han
sido
objeto
de
fascinación
y
especulación
durante
años
y,
al
admitir
públicamente
su
diagnóstico,
Musk
arrojó
luz
sobre
aspectos
clave
de
su
forma
de
ser.
En
su
biografía,
Musk
describe
cómo
su
acercamiento
a
las
personas
es
predominantemente
analítico,
reconociendo
que
a
menudo
le
resulta
complicado
interpretar
señales
emocionales.
Eso
constituye
un
rasgo
típico
de
quienes
viven
con
Asperger:
para
él,
cada
interacción
y
problema
parecen
ser
una
oportunidad
para
analizar,
descomponer
y
resolver.
Este
enfoque
lo
ha
ayudado
a
destacar
como
emprendedor
tecnológico,
por
dos
razones:
-
Su
capacidad
para
ver
patrones
y
conexiones
que
otros
podrían
pasar
por
alto. -
Cuenta
con
una
atención
al
detalle
casi
obsesiva
y
una
capacidad
para
trabajar
durante
largas
horas
en
temas
específicos,
características
que
suelen
asociarse
con
el
Asperger.
Su
obsesión
por
temas
como
la
movilidad
eléctrica
o
la
exploración
espacial
no
es
casualidad,
sino
un
ejemplo
clásico
de
los
intereses
hiperfocalizados
que
caracterizan
los
diagnosticados
con
este
síndrome
De
hecho,
Musk
ha
señalado
que
su
forma
única
de
percibir
el
mundo
también
le
ha
permitido
manejar
mejor
los
momentos
de
presión
extrema:
su
capacidad
para
centrarse
exclusivamente
en
resolver
problemas
complejos,
incluso
en
medio
de
crisis,
ha
sido
una
ventaja
significativa
en
el
liderazgo
de
sus
empresas.
Por
otro
lado,
el
Asperger
influye
en
su
enfoque
directo
y
su
manera
de
hablar
a
menudo
brusca,
que
han
sido
interpretados
tanto
como
una
fortaleza
como
una
debilidad
en
su
liderazgo.
Mitos
y
realidades
sobre
el
Asperger
A
pesar
de
los
avances
en
el
conocimiento
sobre
el
espectro
autista,
persisten
numerosos
mitos:
por
ejemplo,
algunos
consideran
que
quienes
tienen
Asperger
carecen
de
empatía,
un
concepto
erróneo,
ya
que
suelen
experimentar
emociones
intensas,
aunque
las
expresen
de
manera
diferente.
(Carecer
de
empatía
está
vinculado
con
otra
condición
muy
diferente,
aunque
aún
más
frecuente
entre
altos
directivos
empresariales).
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Hemos
encontrado
una
nueva
“herencia”
genética
de
los
neandertales:
en
los
trastornos
del
espectro
autista