Rafael Dalla Costa, Darío Sampaolesi y Alejandro Gaitán llevan ocho días trabajando para desobstruir 20 metros de canal San Carlos, a escasa distancia del río Carnero, donde nace la magnífica obra que los colonos hicieron entre 1930 y 1936.
Hace más de 30 años que nadie ingresa en ese primer tramo del canal. Allí hubo varios derrumbes y la cantidad de arena que entró por las crecidas del río ocupa gran parte del pequeño espacio que tiene la galería (un metro de ancho por 1,80 de alto).
Para entrar, debieron terminar de romper el techo y hacer una excavación al lado de una bujía que tiene 10 metros de alto.
A 20 metros, otra excavación para sacar toda la arena y las piedras a través de baldes.
En una semana y media, lograron limpiar ese pequeño tramo de un total de 3 Km que tiene el túnel revestido con ladrillos y por el que circula el agua que se distribuye para riego en la zona rural.
Darío y Alejandro son los que pasan casi 12 horas por día en esas galerías. Tienen dos palas y dos baldes. Con una polea eléctrica, van sacando todo a la superficie.
Es la primera etapa de la limpieza y desobstrucción de los metros iniciales del canal.
Con poco presupuesto, pero con trabajo muy sacrificado, se puede lograr que aumente el caudal de agua sin usar cuatro bombas eléctricas que consumen tanta energía que el sistema de riego pasa a ser deficitario (el costo de la hora de agua que paga el regante no cubre ni la mitad del gasto eléctrico).
Desde 2005 hay un proyecto millonario gestionado en la Nación para hacer una nueva galería, pero por ahora solo se autorizaron intervenciones aisladas en un lugar alejado y con beneficios que no se dimensionan como corresponde.