Ignacio Fernández dejó de ser un intocable para Marcelo Gallardo. Catalogado como un «cerebro» en algún momento por el entrenador, su participación en las semifinales con Gremio y en la primera final con Boca desnudaron el nuevo escenario: entró 25 minutos en el 0-1 con los brasileños en Núñez, jugó sólo el primer tiempo en Porto Alegre e ingresó en los 33 finales en la Bombonera.
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Nacho Fernández y la pelota (PRENSA RIVER)
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Ahora, justo ahora, justo para la finalísima, parece haberle llegado nuevamente una gran oportunidad y la práctica de este miércoles es elocuente en ese sentido: Nacho fue parte de los tres equipos que probó el Muñeco.
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El flaco fue ladero de Ponzio junto a Palacios en el 5-3-2, volante muy ofensivo con el Pity Martínez en el 4-2-3-1 y mediocampista externo por derecha en el 4-4-2, todas funciones que ya ha cumplido desde que llegó a River a comienzos del 2016.
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Con dos goles en seis partidos en la Libertadores 16 y tres en 11 encuentros en la del año pasado, en la actual edición no ha convertido en 11 juegos. Al sueño colectivo, seguramente le habrá agregado el individual: un gol. Porque entre tantas obligaciones, tendrá la de llegar al área rival si es que Pratto actuará como único delantero…
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LA COPA DE NACHO FERNÁNDEZ