El Hospital Abel Ayerza será el establecimiento donde Marisa Castro continuará su tratamiento de diálisis. La confirmación llegó tras las gestiones de las autoridades del nosocomio, luego de habersele notificado desde el centro de salud donde se atendía sobre la interrupción por la demora de más de un año del pago del servicio médico de parte del estado Nacional.
Apenas unas horas después de haber viralizado una carta en donde exponía su complicada situación, Marisa recibió la confirmación de parte de las autoridades del nosocomio local sobre la posibilidad de continuar con el tratamiento. El propio director Eduardo Foresi lo confirmó en declaraciones a Cadena Sudeste y remarcó que “la cobertura del tratamiento de la joven mujer debe ser cubierto por la Nación, no es competencia del hospital, pero siempre que se presentan casos donde la vida del paciente es prioridad no duda en articular los medios para ayudar”.
Se iniciaron las gestiones ante las autoridades de Salud de la provincia para conseguir la habilitación, algo que llegó de manera inmediata. Posteriormente se le comunicó a la paciente y se coordinaron las tareas para iniciar en el área correspondiente con el tratamiento.
Foresi sostuvo que “teniendo en cuenta que hay hospitales en Córdoba que realizan el tratamiento, sería ilógico hacer trasladar a la paciente con lo que significa afrontar los costos de traslado por lo que continuará su tratamiento aquí”.
La carta y el pedido por su vida
El pasado 27 de setiembre se viralizó la carta de Marisa en la que dejaba en claro su situación a partir del 1 de octubre, luego que el Centro de Nefrología Privado S.A. le comunicara sobre la interrupción del tratamiento. “No se ha obtenido respuesta a los reclamos”, indican las autoridades del establecimiento, en referencia a las acciones iniciadas ante Agencia Nacional de Discapacidad y Ministerio de Salud de la Provincia
Los argumentos señalados en la nota son dos: la deuda de más de un año por los servicios médicos y el alto costo de los insumos que se utilizan para la realización de las diálisis. Debido a no contar con respuestas, se le informó a la Agencia Nacional de Discapacidad y a la paciente la decisión.
Marisa publicó en las redes sociales un texto en el que mostraba la complicación a la cual se exponía por no contar más con este tratamiento, corría riesgo su vida. “Vivo gracias a una máquina (riñón artificial) a la cual me conectan 3 veces por semana, 4 horas, sin ella no podría continuar con mi vida”, expresó.
Y agregaba que “Nación e Incluir Salud mantienen una deuda con los centros privados de de diálisis de más de un año de demora”.