Fue en octubre del 2010. Libertad de Paraguay era el puntero del torneo Clausura y estaba en la recta final de la competencia, en búsqueda de un título que cortara una racha de dos años sin vueltas olímpicas. Venía de recuperarse de una derrota y necesitaba ratificar su liderazgo. Justo cuando su entrenador, el uruguayo Gregorio Pérez, tuvo un problema familiar y debió viajar a su país en la previa del partido ante Tacuary, por la fecha 13. ¿Quién fue el DT ese sábado 9? El ayudante de campo de Goyo, un tal Gustavo Barros Schelotto, quien posiblemente mañana tenga que volver a asumir el rol principal en reemplazo de su hermano Guillermo, suspendido por la Conmebol. Y contra el mismo Libertad…
Gustavo y su experiencia en Libertad
Fuente: Youtube.
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La historia del otro Melli de la línea para afuera empezó justamente con Gregorio, con quien la familia Barros Schelotto mantiene una relación de amistad desde que el charrúa hizo debutar a los mellizos en la Primera de Gimnasia. «Si no se te presenta ninguna oportunidad, me gustaría que vinieras conmigo», le dijo el DT. Y Gustavo, que tenía asumido que no podía seguir jugando y había completado el curso de entrenador, decidió partir en busca de experiencia a Paraguay. Primero en Olimpia y luego en Libertad.
Gustavo DT de Libertad en el 2010, cuando faltó Gregorio Pérez.
En esos primeros años, con el pelo más largo que ahora y algo despeinado, ya le destacaban claridad conceptual sobre los hechos y facilidad para analizarlos rápidamente. «En aquel entonces ya eran los últimos años de mi carrera y yo era el capitán, por eso teníamos mucho diálogo. Era mucho más tranquilo que en su época de jugador», se ríe Pedro Sarabia, quien jugó en Banfield y River, era referente de ese equipo de Libertad y hoy es entrenador.
«Se hizo responsable y yo me quedé muy tranquilo. Estaba apto para dirigir».
Gregorio Pérez
La prueba de fuego fue avanzada la mitad del torneo, en esa fecha 13 ante Tacuary, cuando Pérez tuvo que viajar a Uruguay, Gustavo quedó al frente del equipo e hizo su debut como técnico. «Siempre acostumbro a darle participación al colaborador y hacía mucho tiempo trabajando juntos, por lo que él tenía conocimiento de lo que debía hacer. Charla técnica, conformación del equipo… Se hizo responsable y yo me quedé muy tranquilo. Estaba apto para dirigir», recuerda Gregorio, en la charla con Olé.
Gregorio Pérez se abraza con Gustavo Barros Schelotto, su ayudante. Campeones con Libertad.
Y con el otro Barros Schelotto, fue un triunfo 1-0 importante, porque le permitió a Libertad mantener la punta en un momento complicado, en una dura competencia con Olimpia y Cerro Porteño. «No fue nada traumática mi ausencia, el equipo con Gustavo inclusive ganó», agrega Pérez. Y suma Sarabia: «Fue un torneo parejo y lo pudimos ganar en la última fecha, luego de golear 5-0 a Tres de Febrero».
Después de esa etapa que terminó en vuelta olímpica, la sociedad siguió un tiempo en Peñarol, hasta que se disolvió para que los mellizos cumplieran con lo que siempre habían soñado: dirigir juntos, primero en Lanús y ahora en Boca. Aunque mañana Guillermo estará afuera y Gustavo, adentro. Como DT principal de Boca. Justo contra Libertad.
PARAGUAY (ENVIADO ESPECIAL).