Dura sólo 5 horas y es uno de los mejores trabajos de Benedict Cumberbatch: el director de ‘Sin novedad en el frente’ crea una turbulenta miniserie sobre la adicción

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Tenemos muchos casos de autores empleando la ficción como mecanismo para hablar de sus adicciones, confiando en que poner sus dificultades en palabra escrita sirva como manual de alcohólicos anónimos. Stephen King es un ejemplo que viene fácil a la mente, pero Edward St. Aubyn es también un caso notorio a través de las novelas de ‘Patrick Melrose‘, que han servido también para expiar algún que otro pecado.

The Drugs Don’t Work

Las adicciones en pantalla pueden tender al exceso, por eso se ha creído que estábamos ante otro caso de obra interesante de difícil adaptación. Pero se logró adaptar, y de manera bastante notable además, por parte de el director alemán Edward Berger, autor de la exitosa nueva adaptación de ‘Sin novedad en el frente‘. Esa película bélica y esta miniserie de cinco episodios disponible en Movistar+ muestran que tiene buen ojo para adaptar.

El Patrick Melrose que da nombre a la novela y la versión televisiva, y sirve como avatar del propio St. Aubyn, recibe pronto una llamada telefónica comunicándole la muerte de su padre. Pronto observamos que el hecho le trastoca de sobremanera, y la serie nos irá desarrollando cómo su compleja relación ha trastocado al protagonista desde su infancia y ha desembocado en su espiral con el alcohol, la heroína, las anfetaminas y el abuso de todas.

Cada episodio de ‘Patrick Melrose’ adapta una de las novelas escritas por el autor británico, lo que lleva a la serie a tener una escala medianamente ambiciosa, moviéndose a través del tiempo y la geografía. Bien nos podemos encontrar en Francia a finales de los sesenta como en Gran Bretaña a comienzos de los dosmiles. Berger se las apaña para que la narración siempre sea consistente y el estudio de personaje se mantenga intacto.

Uno de los retratos más duros de la guerra se encuentra en esta película alemana de Netflix que se ha convertido en una de las sensaciones inesperadas del año

Porque la miniserie logra ser un buen reflejo de la turbulenta realidad del adicto, pero no renuncia a cierta sofisticación para hacer elegante su complejidad moral. Ayuda en la empresa tener un intérprete de la talla de Benedict Cumberbatch, que no es ajeno a personajes tan altivos y potencialmente antipáticos como Patrick, pero aquí logra darle un carácter especial para que no se sienta derivativo de otros trabajos suyos.

Cumberbatch logra plasmas las dificultades de este personaje para afrontar el mundo y su pasado desde la sobriedad, desvelando las criaturas que te pueden atormentar a menos que uno mismo se explore de verdad. La dirección y el guión nunca dejan de ser elegantes y cuidadosos, haciendo uno de los mejores ejercicios en los últimos años dentro del terreno de las miniseries.