Los regresos de temporadas siempre causan expectación, más aún en una serie tan de ciclos como ‘Doctor Who‘, cuya undécima temporada venía con quíntuple novedad: nuevo showrunner (Chris Chibnall), nuevo día (domingos), nuevo logo, nuevos companions (y tres, en concreto) y nuevo rostro encarnando al Doctor: Jodie Whittaker se convertía en la primera doctora de la historia.
Tales circunstancias se traducen en una temporada en la que no sabemos muy bien qué esperar, al menos al comienzo. Cada cambio de Doctor incluye un cambio de personalidad y una deriva en el tono e incluso género de las historias. Y, si a eso le sumamos la renovación en la sala de guion, con Chibnall sustituyendo a Moffat, he de admitir que no tenía ni idea de lo que me iba a encontrar.
Así, ayer BBC One estrenó ante más de ocho millones de espectadores, lo cual es una mejora sustancial respecto ya no al Doctor de Capaldi sino que, además, supera holgadamente el estreno de su éxito reciente ‘Bodyguard’ (que llega este mes a España, por cierto), la undécima temporada de ‘Doctor Who’. Había mucha expectación y creo que ‘Doctor Who’ ha regresado con un notable episodio.
Los episodios de este estilo suelen ser complicados. No solo no hay que presentar a un nuevo Doctor sino a sus compañeros de viaje y esto es difícil de hacerlo sin perdernos en una innecesaria sobre exposición. El comienzo de ‘The woman who fell to Earth’ (título homenaje a Bowie) logra equilibrar esto en un episodio que va directo a la aventura.
Chris Chibnall escribe un buen debut que aúna la tradición whoviana con sus tropos incluídos (el cómo irrumpe el Doctor en la vida de los que le rodean, ese malo alienígena, esa promesa de que es el protector del planeta, etc.) con su nueva propuesta con algo más de intriga y cierto toque de misterio (no en vano estamos con los responsables de ‘Broadchurch’).
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El episodio de estreno nos lleva a Sheffield, donde Ryan (Tosin Cole) se topa con un artefacto alienígena; poco después un extraño ente ataca a su abuela y su marido Graham (Bradley Walsh). Ryan y la oficial de tráfico Yasmin (Mandip Gill) intenta detener esta amenaza justo cuando la recién regenerada Doctora cae del cielo. Mientras investigan este hecho, un segundo alienígena parece estar cazando a un obrero.
Jodie Whittaker promete ser una gran doctora. Pasa media hora o así del episodio hasta que su mente hace clic para decir que es «THE DOCTOR» pero nosotros, como espectadores, ya lo sabemos. Por que ser el/la doctor/a es más un tema de actitud y de vocación de héroe… y Whittaker lo plasma casi a la perfección.
Creo que este sólido debut calmará muchas bocas escépticas y viene, por parte de BBC, como una declaración de intenciones en unos tiempos en los que el discurso en torno al empoderamiento femenino está sufriendo cierta contrarréplica por parte de sectores muy conservadores.
Con los companions, si bien creo que están bastante bien presentados, tengo alguna que otra duda. Tanto por cómo será la dinámica a partir de ahora entre los cuatro como por el desarrollo personal de cada uno. ‘Doctor Who’ es una serie que se preocupa mucho por implicarnos con sus personajes y, de momento, no lo han logrado. No me cabe duda de que lo terminarán haciendo (Bill Potts me dejó un poco frío en su presentación), pero en ese sentido sí que me ha faltado algo más de emotividad.
Emotividad, que no emoción. En líneas generales creo que ‘Doctor Who’ ha tenido en el estreno de su temporada 11 una gran muestra de qué es la serie. Una magnífica presentación de Trece y un excepcional punto de entrada tanto para el que no conoce la serie pero tiene curiosidad como para el que hace tiempo que no ve las aventuras del Doctor.