Desechemos las frases hechas y chau picho

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Continúo con esta cruzada en pos de la comunicación porque si no nos comunicamos, la vida cotidiana se torna más difícil que camino de cornisa marcha atrás, sin frenos y manejando un semi remolque con dos gomas pinchadas. 
Y lo que no podemos permitir es no tener nuestras propias frases: vendría a ser un reclamo de soberanía de léxico individual para luego volcarla a lo colectivo. (Faaa… no sé qué significa pero suena lindo).

Hay frases hechas que de tanto usarlas están hechas, pero bolsa. De hecho “estar hecho bolsa” es una de esas frases. ¿De qué bolsa estamos hablando? No es lo mismo estar hecho bolsa de arpillera que bolsa de Wall Street o una bolsa de supermercado llena, que a esta altura del campeonato, es casi mejor que no estar hecho bolsa.

Ahora bien: tal vez alguien esté “hecho bolsa” por estar todo el tiempo “al pie del cañón”. ¿Conocen a alguien que esté todo el tiempo “al pie del cañón”? Porque el que está al pie del cañón, está siempre al pie del cañón. Inseparable, incansable, incomprensible. ¿Quién tiene un cañón en la casa para estar todo el tiempo al pie del mismo? Ni hablar si vive en un contrafrente de uno o dos ambientes. Más que al pie del cañón tiene que dormir arriba del cañón. ¿Será que la inseguridad es tan grande que ya la gente no tiene armas de mano sino cañones? Y si está todo el tiempo al pie del cañón, ¿no es una actitud un poco violenta que esté todo el tiempo listo para dispararte? Si estar siempre dispuesto a realizar tu tarea incluye una salva de 21 cañonazos, borrame del grupo de Whatsapp. No quiero ese tipo de amigos ni compañeros de trabajo. Es más: no quiero a nadie que esté cerca de la pólvora en mi vida. Ya bastante tengo con el ruido de los escapes de las motos que no me dejan dormir la siesta porque hacen ladrar a los perros.

Y hablando de Roma… ¿Por qué se dice “hablando de Roma”? ¿Quién habla todo el día de Roma? ¡Ni lo romanos hablan todo el día de Roma! ¿Qué extraño conjuro une a Roma con todos los temas de la humanidad? Ok. Todos los caminos conducen a Roma. ¡No! Tampoco. Eso era cuando solo existía el Imperio Romano. Ahora todos los caminos conducen adonde te lleve Waze.

Pero bueno, decía que Hablando de Roma, hay frases hechas realmente peligrosas. “Esquivar el bulto”. Ajá. Obviamente la pregunta que se impone es ¿de qué bulto estamos hablando, Willis? ¿Cómo es el bulto? ¿Cómo está envuelto el bulto? ¿Es el bulto que estoy pensando… o es otro bulto, o es el bulto de otro? Como si no fuese suficiente, en general, el bulto viene acompañado por un “no quiero esquivar el bulto”. ¿Quién querría no esquivar un bulto que se le ponga en su camino? Yo si quiero esquivar el bulto. Tengo solo seguro contra terceros, con franquicia y letra chica que seguro me hace pagar a mi un bulto nuevo. 

Hablando de esquivar, o de NO esquivar, otra frase hecha: “Pisar el palito” ¿Qué será peor: ¿esquivar el bulto o pisar el palito? ¿Quién anda poniendo bultos y palitos para que uno los esquive o los pise? ¿Se podrá esquivar el palito y pisar el bulto? Yo he pisado muchos palitos y nunca me pasó nada malo: he pisado palitos caminando por los bosques de Palermo, he pisado palitos caminando por algún Parque Nacional y me ha traído mucho más problemas traicioneros pisar caca de perro que palitos. En cambio, si el palito estuviese dispuesto de manera que te haga tropezar, como trampa con piolín invisible de película de «Misión Imposible», ahí te lo admito. Tampoco he visto a nadie preso por poner palitos para que otros los pisen. Lo que si he visto fue a muchos llevarse muchos palitos y tampoco ir presos, pero eso es harina de otro costal – (tampoco sé lo que es un costal, pero tiene pinta de ser una bolsa que termina siendo un bulto, así que mejor lo esquivo).

Por último vamos a analizar un caso paranormal. Que es cuando alguien “está fuera de si”. 
¿Cómo hizo para salir fuera de si mismo? Tal vez el tipo estaba enloquecido justamente porque de repente miró y se vió fuera de si. Y te la regalo. Yo si me veo fuera de mi me pego un julepe que no te cuento. Y lo primero que pienso es … ¿quién fue el que me sacó fuera de mi? Y ahí es donde te convertís en un loco peligroso. Y lo que es peor. Si la parte que se salió de vos siente lo mismo, en lugar de una persona peligrosa, son dos: vos, y la parte que está afuera de vos.
Y por hoy voy a ir terminando con este análisis en el que no quiero hacerle pisar el palito, porque lo último que quiero es que se salga de si tratando de esquivar el bulto.

Lo espero la semana que viene, en la que estaré al pie del cañón, hablando de Roma si la realidad no nos encuentra hechos bolsa.