Tras varios giros de timón, Netflix ha anunciado oficialmente su plan para acabar con las cuentas compartidas de su plataforma. O mejor dicho, como veremos, para acabar con las cuentas compartidas que no paguen una cifra extra por cada usuario externo al hogar con quien se comparte.
Tal y como ya se sabía en base a los últimos movimientos, la estrategia de Netflix gira en torno a establecer un hogar como ubicación principal, algo que no quita que, según la compañía, podamos visualizar contenidos en dispositivos como teles de hoteles o alquileres vacacionales cuando estemos lejos de casa.
Las medidas entran en vigor hoy en Canadá, España, Nueva Zelanda y Portugal.
La gran novedad (que no lo es tanto): podremos pagar para seguir compartiendo Netflix
La medida más importante de las anunciadas hoy por Netflix es que podremos añadir suscriptores extra a cada cuenta de los planes Estándar o Premium, pero pagando. Se podrán añadir hasta dos ‘subcuentas’ pagando 5,99 euros por cada una de ellas. Es decir, que si tenemos el plan Premium y añadimos dos ‘subcuentas’, pagaríamos 29,97 euros. 30 euros redondeando. Unos 25 euros en el caso del plan Estándar.
Por otra parte, tal y como ya se puede hacer como parte de las novedades asociadas a estos cambios, Netflix permite transferir perfiles, de forma que la gente que se ‘independice’ pueda mantener todos los datos de su cuenta. La compañía también recuerda que desde ‘Gestionar el acceso y los dispositivos’ podremos controlar quién accede a nuestra cuenta y desde dónde.
En el comunicado, la compañía fundada por Reed Hastings afirma que «hay más de 100 millones de hogares que comparten sus cuentas, lo que reduce nuestra capacidad de invertir en la creación de grandes historias, contadas con series y películas de la máxima calidad».
Esto contrasta enormemente con el «Love is sharing a password» que la compañía publicaba en sus redes sociales en 2017, cuando sabiendo que el compartir contraseñas era fundamental para crecer, incluso animaba a ello. Los tiempos cambian, y con ello la paciencia de los accionistas y de los directivos.
