Matías Borgogno: «Heinze nos enseñó a ser profesionales y la importancia del entrenamiento invisible»

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Esta semana los planteles de la Liga Profesional de Fútbol volvieron a los entrenamientos bajo los estrictos protocolos elaborados por AFA y tras realizarse los testeos correspondientes para descartar contagios de coronavirus.

En ese marco, el arquero sanfrancisqueño de Vélez Sársfield Matías Borgogno dialogó con El Periódico y dejó algunas consideraciones sobre el cuerpo técnico saliente del «Fortín», la nueva etapa al mando de Pellegrino y las sensaciones de volver a entrenar con la nueva modalidad de protocolos.

Borgogno explicó que atravesó la cuarentena en San Francisco, junto a su familia, y para él -que vive en Buenos Aires- eso fue algo positivo. «Me pude distender un poco del año pasado, pero se estiró muchísimo, de todos modos no me afectó en lo psicológico, comencé la facultad y eso me tuvo con la cabeza ocupada, le dediqué mucho tiempo a eso y al entrenamiento, y eso no me daba tiempo para pensar si estaba en cuarentena o no», señaló.

«Llegué muy bien en lo físico, en San Francisco pude entrenar y se lo agradezco a Darío Capello porque con él me puede mantener con entrenamiento específico de arquero. Llegué bien, sin molestias, bien de estado físico, bien de peso y todo eso es muy importante», agregó arquero velezano. 

Matías Borgogno (5)

El regreso

Volver a los entrenamientos fue todo un proceso entre testeos y respeto por el protocolo. Si bien la AFA se hace cargo de los testeos serológicos, los clubes de Primera pagan de sus propias arcas los hisopados PCR para mayor seguridad y a Borgogno el resultado le dio negativo.

El arquero indicó que «la vuelta fue muy organizada, nos hicieron testeos el sábado, llegamos en horarios diferentes, cada uno en su auto y con distanciamiento, me hicieron el testeo de saliva y el de sangre, me dio negativo y el lunes volvimos a la mañana a trabajar en cuatro grupos con el mismo distanciamiento y respetando las normas que se anunciaron desde AFA».

En ese sentido, el sanfrancisqueño explicó que la implementación del protocolo requiere «más tiempo, no en el entrenamiento, pero sí en la previa y en el pos» además de restar algunos detalles de convivencia en el vestuario. «Estábamos acostumbrados a desayunar en el club, ahora tenemos que desayunar en casa, ir cambiados desde casa, bañarse en casa, todo eso lo hacíamos en el club. Además, no tenemos ese tiempo en el vestuario para hablar con los compañeros. En ese sentido, esperamos que pronto vuelva a ser todo como antes», sostuvo.

Una nueva etapa

En plena pandemia, Vélez confirmó a su nuevo entrenador -tras la salida de Gabriel Heinze-. Se trata de un hombre de la casa, Mauricio Pellegrino, quien tuvo que presentarse ante el plantel -junto a su cuerpo técnico- a través de la plataforma digital Zoom.

«Era una gran expectativa poder vernos cara a cara con el cuerpo técnico, saber que nos iban pedir aunque ya habíamos hablado por Zoom. El lunes la presentación fue muy positiva, un cuerpo técnico muy allegado al jugador y muy profesional», dijo Borgogno.

En el primer entrenamiento, Borgogno trabajó junto a Lucas Hoyos bajo las órdenes del histórico ex arquero Gustavo Campagnuolo. «Ya habíamos tenido contacto por Zoom para ver qué podíamos hacer en casa y así poder ir avanzando, el lunes ya entrenamos juntos, por separado, para empezar adaptarnos a las nuevas formas y a los que nos piden», sostuvo.

Con respecto a su futuro, el arquero juvenil sigue con grandes expectativas de debutar en primera, aunque cabe aclarar que ya fue convocado por Heinze en varias oportunidades para integrar el banco de suplentes. Lo cierto es que también pelea un lugar con arqueros de experiencia como el ecuatoriano Alexander Domínguez y Lucas Hoyos, más otro juvenil Facundo Perrone.

«El objetivo de siempre es poder debutar, pero sabiendo que con este cuerpo técnico arrancamos todos de cero, nos va a ir viendo entrenamiento a entrenamiento, hay que ir paso a paso, aprender y no bajar los brazos para pelear un lugar», explicó.

«Considero que todos estamos en el mismo lugar porque estamos volviendo, un arquero tiene volver a agarrar el golpeo de la pelota, velocidad, tiempos, ubicación en el arco, al haber podido seguir entrenando yo no lo veo que me haya afectado. En los primeros trabajos hemos hecho definiciones y me siento bien, creo que con un poco de fútbol ya vamos a poder agarrar ritmo», comentó el arquero.

El legado de Heinze

Borgogno guarda un aprecio especial por el cuerpo técnico saliente del «Fortín». Heinze fue quien promovió al arquero sanfrancisqueño al plantel superior y, sin dudas, también dejó una huella en esa gran camada de juveniles que fueron protagonistas de la Superliga con el equipo de Liniers.

«Siempre lo dije, Heinze nos enseñó a ser profesionales, con ellos aprendimos los cuidados que tiene que tener un jugador con lo nutricional, con el peso, la importancia del entrenamiento invisible que es el que no se ve, a dar el máximo en los entrenamientos porque sabíamos que a cualquiera le puede tocar», explicó.

Y agregó: «Aprendí mucho también en lo táctico y técnico, muchas cosas que hoy se me hacen fáciles en los entrenamientos».

Fernando Gago. «Significa mucho que esté con nosotros porque es un ídolo, un referente y tiene muestras de liderazgo continuamente. Tenerlo en los vestuarios es muy lindo, aprender de el como aprendimos de Heinze creo que es lo que nos viene bien, hay que sacarle provecho el poder estar día a día con él», dijo Borgogno.

Una mano solidaria

En su estadía en San Francisco, Borgogno y su familia se sumaron a la Peña Fortineros de San Francisco de Vélez Sarsfield para colaborar con distintas ONG con la donación de alimentos e indumentaria.

«Empezamos hablando con mi familia que la situación no estaba muy bien, vimos muchos casos en San Francisco y Frontera donde necesitaban una mano así que me puse en contacto con los chicos de la Peña que también querían hacer algo», explicó.

«Coincidimos en hacer una donación a un merendero, llevamos alimentos para que puedan cocinar y ropa, seguimos con el hogar de ancianos de las Hermanas de Calcuta en Frontera y por último hicimos una olla popular en un merendero de Frontera donde cerramos el ciclo antes de que me venga. Pudimos abastecer con 130 pociones estofado a muchas familias», comentó.

«Se donaron alimentos e indumentaria y han quedado algunas donaciones pendientes que los chicos van a hacer por el Día del Niño, además quedamos con la gente de La Milka para alcanzar la última parte de lo que hemos recolectado», concluyó.