Estos días está circulando mucho un vídeo que, según se podía leer, mostraba un «vídeo basado en la física cuántica. Las bolitas de colores se colocan juntas solas por la resonancia de los cristales de cuarzo. Cada color tiene una resonancia distinta. De la misma manera, nos agrupamos las personas que vibramos en la misma frecuencia. Así es como funciona el universo”. ¿Qué?
Mientras escribo el vídeo ha superado los 36.000 retweets y ha conseguido 74.000 likes. Lamentablemente, parece se trata de una simulación por ordenador (o un vídeo coloreado, dicen algunos). Muy conseguida, eso sí: tanto que, como comentaban algunos tuiteros, ni en un grupo de Whatsapp lleno de físicos se dieron cuenta (rápidamente) del engaño. Lo único que estaba claro es que real no podía ser, pero espectacular lo era un rato.
Frecuencias y colores
En realidad, el cacharro en cuestión es una máquina de Galton, un dispositivo diseñado por Francis Galton para demostrar que la distribución binomial es una aproximación a la distribución normal. Aunque cada bola siga su recorrido individual, agregadas (y si hay un número lo suficientemente amplio) se puede observar que la mayoría de ellas se agrupa en el centro: las campanas de Gauss.
Como explican en Snopes, este tipo de simulaciones suelen hacerse para hacer más sencillo visualizar el «experimento» en funcionamiento. De hecho, en febrero de 2018, una simulación hecha con Blender causó estragos en las redes sociales. En definitiva, es demasiado bonito para ser verdad.
Más allá de eso, resulta curioso cómo, año tras año, la física cuántica sigue rellenando sin ningún problema todos los huecos que dejan las cosas que no sabemos. Hace una década, en Xataka Ciencia ya decíamos que los charlatanes se habían apoderado de la física cuántica (o estaban tratando de hacerlo). No creo que haya sido para tanto, pero lo que nadie puede discutir es que las pseudociencias siempre nos dicen que es liebre lo que sólo es gato (de Schrödinger).