Cosquín Rock 2019: la crisis como oportunidad

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Cuando las circunstancias son adversas, no hay que achicarse. Así parece encarar el productor José Palazzo la edición 19ª del Cosquín Rock. “La situación económica es dura, pero apostamos a no achicarnos y sumar más gente. Nosotros analizamos lo que pasó en la edición anterior e incorporamos novedades para 2019. Incluimos espacios para el trap y el freestyle, armamos un buen hangar de metal y ampliamos los espacios temáticos”, comenta el productor con su reconocido acento cordobés.

 De sus experiencias de hacer este festival en la Argentina y en el exterior (Guadalajara, Lima, Montevideo y Santiago de Chile, entre otras ciudades), Palazzo se dio cuenta de que la amplitud de propuestas es una buena manera de atraer más público. Si bien el Cosquín Rock es un verdadero clásico del rock local, enfrenta las dificultades de cualquier gran evento en tiempos de recesión. “Se nos fueron al demonio los costos –puntualiza–. Un evento como este exige que lo encaremos como si manejáramos una ciudad. Nuestro principal insumo es el combustible. De hecho, toda la energía eléctrica del predio es con generadores, son nueve hectáreas a iluminar y 123 bandas que hay que llevar y traer. Calculo que se encareció, con respecto del año pasado, un 80 por ciento. La inflación nos pudo haber matado, pero le buscamos la vuelta. Dimos de baja bandas de afuera y apostamos a no subir las entradas para no perder gente. También armamos el predio un poco más grande porque nuestro objetivo es que venga más público”.

 Palazzo asegura que este año la grilla incluirá muchas más propuestas pop y electrónicas que en anteriores oportunidades. “Este es un festival que apuesta a los nichos y a tener mucha gente con sus requerimientos musicales satisfechos, es algo que pensamos mucho y arriesgamos en esa dirección. Los artistas son los que traen la gente, tanto de acá, de todo el país, como del extranjero”, admite el cordobés.

La organización nunca es sencilla: “Tenemos muchas reuniones y mesas chicas. Con Defensa Civil, con los hospitales cercanos, con la policía por diversos aspectos de la seguridad, con los bomberos, socorristas, médicos y todo lo que el festival requiere. Desde poner más de 200 baños hasta la señalética, y todo tipo de servicios para que a los que estén en el predio no les falte nada. Esto te da mucha gimnasia, no parás ni un minuto y hay que estar en todo. También hay que pagar todo: en seguridad no podes escatimar. Calculamos que vendrán 45 mil personas y deben ser tratadas como tales”, señala Palazzo.

 Palazzo también asegura que es el responsable de más de 3000 personas que trabajan en el predio y en la previa del festival. Están distribuidos en cinco equipos que trabajan en salubridad, seguridad e higiene, intendencia (mantener con luz el lugar y demás aspectos técnicos), logística, gastronomía y catering, y el central que se dedica a la programación de las bandas. “No me canso de decirlo, tenemos las mismas problemáticas que una ciudad, desde la recolección de residuos, al transporte público, la seguridad y demás. Pero es lo que nos gusta hacer y a lo que nos dedicamos con el mayor compromiso”.

El productor de Cosquín Rock también asegura que la experiencia es un valor muy importante que saben capitalizar: “Hemos cometido miles de errores y aprendimos que el servicio a la gente es clave para fallar cada vez menos. La vorágine de esto a veces te puede hacer olvidar de que lo importante que el público la pase bien. Por eso trabajamos todos los días sin postergar esa premisa”.

Se mantuvieron los anunciantes de siempre y se sumaron otros nuevos, atendiendo a la mayor variedad de público.