Colecho con niños mayores: ¿hasta qué edad es normal dormir en la misma cama con los hijos?

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Colechar implica que los padres (o uno de los dos) duerman con su hijo o hijos en la misma cama, en camas contiguas o en una cama y una cuna unidas. La AEP (Asociación Española de Pediatría) especifica que «la forma más segura de dormir para los lactantes menores de seis meses es en su cuna, boca arriba, cerca de la cama de sus padres».

Por su parte, las recomendaciones de la AAP (Academia Americana de Pediatría) señalan que «los bebés deben compartir la habitación con sus padres por lo menos durante los primeros seis meses y de forma óptima durante el primer año».

Pero colechar es una decisión siempre personal de cada familia respecto a la crianza de sus hijos, y cualquier decisión es legítima; siempre de forma consciente a informada, y velando por el bienestar de los pequeños, que es algo que ya hacemos como padres de forma natural.

Sin embargo, colechar también puede plantear ciertas dudas o interrogantes, como ¿hasta qué edad deberíamos colechar con nuestros hijos? ¿Puede generar dependencia emocional en ellos el hecho de colechar hasta edades «tardías»? ¿Cuándo es una edad «tardía»? Intentamos arrojar luz a todas estas cuestiones.

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Los beneficios del colecho y algunas precauciones

Ya se ha demostrado en diversos estudios que el colecho es beneficioso para los bebés y los niños (aunque también hay estudios que hablan de sus inconvenientes). A nivel de beneficios se encuentra que esta práctica refuerza el vínculo materno y paterno-filial; y que el sueño compartido facilita la interacción familiar.

Además, el colecho disminuye la probabilidad de llanto del bebé, favorece la lactancia materna, el niño aprende a dormir tranquilo y su calidad del sueño es mejor.

Sin embargo, el colecho también entraña sus riesgos si no se realiza adecuadamente, eso es, con ciertas precauciones. Por ello debemos apostar siempre por un colecho seguro.

Recomendaciones de la AEP para un colecho seguro

En base a la evidencia disponible actualmente, la AEP sugiere una serie de recomendaciones fundamentales para padres y profesionales.

Para empezar, advierte que la forma más segura de dormir para los lactantes menores de seis meses es en su cuna, boca arriba, en la misma habitación que sus padres, cerca de la cama de éstos. Existe evidencia científica de que esta práctica disminuye el riesgo de SMSL (Síndrome de Muerte Súbita del Lactante) en más del 50%.

Colecho: no recomendado en estos casos

Por otro lado, sabemos que la lactancia materna tiene un efecto protector frente al SMSL, y aunque el colecho es una práctica beneficiosa para el mantenimiento de la lactancia materna, se considera este un factor que aumenta el riesgo de SMSL en algunos casos, por lo que no debe ser recomendado en:

  • Lactantes menores de tres meses de edad.
  • Prematuridad y bajo peso al nacimiento.
  • Padres que consuman tabaco, alcohol, drogas o fármacos sedantes.
  • Situaciones de cansancio, especialmente de cansancio extremo, como el postparto inmediato.
  • Colecho sobre superficies blandas, colchones de agua, sofás o sillones.
  • Compartir la cama con otros familiares, con otros niños o con múltiples personas.
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Colecho en niños mayores: ¿hasta qué edad es normal dormir en la misma cama con los hijos?

Pero, ¿hasta cuándo «deberían» los niños hacer colecho? ¿Cuándo puede convertirse en un problema? Lo cierto es que no hay una edad concreta en la que los niños «deban» dejar de colechar y empezar a dormir solos.

Cada niño es diferente y tiene su propio ritmo. Además, ¿realmente hay algo «normal» o «anormal» en la crianza? Lo cierto es que no, y que cada decisión es un mundo y solo involucra a la familia.

Eso sí, esto debe ser siempre un proceso progresivo en el que deberemos acompañar a nuestro hijos para que poco a poco duerman solos y puedan prescindir de nuestra compañía.

¿Cuándo el colecho con niños mayores puede convertirse en un problema?

colecho

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En realidad, «la edad» no es tanto la cuestión aquí (que también, ya que no es lo mismo tener 3 años que 14, por ejemplo); más bien resulta interesante preguntarnos cuándo hacer colecho con nuestros hijos mayores puede convertirse en un problema. Y aquí encontramos tres situaciones concretas:

1. Cuando únicamente duermen con nosotros

El sueño es un proceso evolutivo y fisiológico que no se enseña, sino que se va regulando poco a poco con los años. Los niños aprenden a dormir solos. Pero a veces necesitarán nuestro acompañamiento.

Cuando los niños ya empiezan a tener cierta edad, y solo duermen con nosotros a través del colecho y de ninguna otra manera, es entonces cuando el colecho puede convertirse en un problema. A ciertas edades, el colecho debe ser un complemento, y no una única alternativa para dormir.

2. Cuando aparece malestar o rigidez

Ligado al hecho anterior, si el niño siente un tremendo malestar cuando tiene que dormir solo en su cama o habitación, o si manifiesta mucha rigidez ante la idea de querer dormir en colecho sí o sí, entonces esto también puede suponer un problema.

No porque esté bien o mal dormir en colecho, sino porque en este caso ya estaría generando malestar en el menor el no hacerlo.

3. Cuando el colecho impide el correcto descanso

Si el colecho dificulta el descanso de uno o de varios miembros de la familia, esto también puede convertirse en un problema. Hay niños que se mueven mucho o que necesitan ocupar media cama para dormir, sobre todo si hablamos de niños más mayores.

Así, el colecho debería ser algo placentero para todos, por lo que, en el momento en el que alguien «sufre» y se levanta excesivamente cansado o con dolores musculares, por ejemplo, es cuando deberíamos plantearnos otras opciones.

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¿Hasta qué edad hacer colecho?

También podemos darle una vuelta a la cuestión, y preguntarnos hasta qué edad puede ser beneficioso el colecho. Son varios los expertos que han opinado sobre esta cuestión.

Tal y como comentamos en un artículo anterior sobre la edad hasta la que hacer colecho, Nils Bergmand, director de la Maternidad del Hospital de Mowbray (Sudáfrica), considera que es bueno que los niños hagan colecho al menos, hasta los tres años. Y basa su afirmación en un estudio en el que se analizaron los patrones de sueño de hasta 16 niños.

A través de la investigación se encontró que los ciclos del sueño se interrumpían con mayor asiduidad en los bebés que dormían separados de sus madres. Y además, comprobó que los niveles de estrés de los bebés que dormían separados de sus madres, eran hasta tres veces más altos que en los bebés que dormían sobre el pecho de sus madres.

Por su parte, Margot Sunderland, directora de educación en el Centro de Salud Mental Infantil de Londres, apuesta en su libro «La ciencia de ser padres» (2006) por hacer colecho al menos hasta los cinco años de edad.

Por su parte, Laia Casadevall, matrona y divulgadora, sostiene que no hay una «edad límite» para practicar el colecho, sino que esta práctica se termina cuando el niño está preparado y pide su espacio. Y afirma:

«El colecho es práctico durante una fase de la vida, es lo que ellos esperan y nosotras necesitamos instintivamente. Y no dura para siempre, un día no muy lejano piden su propio espacio, cuándo están preparados. Sin forzar, todo sucede, siempre.»

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Entonces, ¿hasta cuándo hacer colecho? Recomendaciones

Hacer colecho hasta una u otra edad es una decisión muy personal, y cada familia deberá decidir lo que considera mejor. Sin embargo, es importante tener en cuenta algunas consideraciones o reflexiones a la hora de decidir.

Fomentar su autonomía

Una de ellas es que, si queremos fomentar la autonomía de nuestros hijos, también debemos hacerlo desde el ámbito del sueño. Hacer colecho hasta edades más avanzadas (a partir de los 6 o 7 años), de forma diaria, puede frenar su independencia y su desarrollo emocional.

Y no porque dormir con los padres esté mal, sino porque los niños también necesitan volar y madurar más allá de nosotros (también en este plano). Eso sí, la transición del colecho a su habitación/dormir solos, siempre deberá hacerse progresivamente y explicándoles muy bien cómo hacerlo, el porqué, resolviendo sus dudas, acompañando desde el amor y la comprensión, etc.

La frecuencia o situación del colecho

Por otro lado, debemos tener en cuenta que, en niños más mayores, no es lo mismo hacer colecho diariamente que en situaciones puntuales o especiales (por ejemplo, si nos hemos quedado dormidos todos juntos al ver una película, si nuestro pequeño está enfermo, ha tenido una pesadilla o así lo deseamos una noche puntual…).

No hay nada más bonito que dormir con los hijos, pero siempre con sentido común y flexibilidad a medida que crecen, para que el hecho de dormir todos juntos suponga un beneficio para ellos y no un freno para su independencia.

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Dormir solos a medida que crecen

Finalmente, añadir que, de forma natural, y si fomentamos un desarrollo sano en los pequeños, así como una buena autonomía, y siempre y cuando no haya un problema médico o psicológico de base, por norma general los niños acaban durmiendo solos porque ellos así lo piden o deciden.

También quieren crecer y experimentar la sensación de dormir solos, y es algo que debemos reforzar y acompañar para que se convierta en un hito más de su desarrollo y nunca en un trauma o una situación de malestar.

Así, siempre de nuestra mano y haciéndoles saber que estamos muy cerca de ellos por si tienen una pesadilla, terrores nocturnos, etc., que los niños acaben durmiendo solos siempre es algo positivo para su sano desarrollo.

Fotos | Portada (Pexels)

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