Cobrar por un vaso de agua del grifo o cómo dañar la reputación de la hostelería

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El dueño de un restaurante que cobra 4,5 euros por servir agua del grifo se ha convertido en protagonista de la noticia. La Ley de Residuos y Suelos Contaminados para una Economía Circular entró en vigor en abril de 2020. Su misión era y es reducir las botellas de un solo uso.

Pero volvamos al señor que ha decidido cobrar por servir agua del grifo. Reconozco que en un principio pensé que era una excentricidad. Incluso una manera de hacer marketing. Ya en 2018, en este medio, nos hicimos eco de la exigencia de la gratuidad del agua del grifo pero en forma de jarra.

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Adiós a los plásticos de un solo uso en la restauración pero no a la argucia

El restaurante no incumple la ley porque regala el contenido de los vasos de agua, pero se reserva el derecho a cobrar los 4,5 euros por servirla ya que todo lo que se sirve hay que cobrarlo. El agua es gratis, pero no el trabajo que conlleva servirla.

De hecho, entre sus reseñas lo que más abunda es este tipo de comentario: Incumplen obligación de servir agua del grifo gratis ofreciendo agua filtrada (Km 0) y te cobran 2,75€ botella. Por lo visto, les pareció una mejor estrategia, cobrar por servirla en vez de poner una botella de agua «filtrada» y tampoco les salió bien.

Un restaurante o un bar obviamente no son una ONG, no deben regalar su trabajo. Pero si tras una comida copiosa y una buena factura, un cliente te pide un vaso de agua no creo que el coste repercuta mucho a final de mes.

Por ahora, ya han recibido un toque de atención por parte de FACUA y el rechazo a su argumento para cobrar por llevar un vaso de agua a una mesa y luego fregarlo.

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Valorar el trabajo en la hostelería es un derecho y cumplir con la ley una obligación

Mucho se ha hablado del problema a la hora de contratar a personal en el sector de la hostelería. Sueldos bajos, situación precaria donde abundan las horas de trabajo que no van de la mano de horas extras pagadas.

Durante la pandemia nos animaban a consumir en bares y restaurantes al ser uno de los sectores más perjudicados por la crisis sanitaria. He acudido a la terraza de algún bar en contadas ocasiones, el trato ha sido siempre exquisito. No sé si por vivir en una ciudad turística, pero los camareros son amables y profesionales

Quizás el problema no esté en estos trabajadores sino en quienes gestionan los negocios y hacen un flaco favor tanto al sector como a un gremio que se ha granjeado una mala fama por pagar salarios bajos a su personal.

Lo decía mi abuela, quizás la tuya o tu madre, «un vaso de agua no se le niega a nadie», creo que este dicho va más allá del ecologismo, la economía circular o el esfuerzo que conlleve acercar un vaso a una persona.