Canal San Carlos, a 85 años: cómo un fallecimiento abrió el camino para la obra más grande de la historia caroyense

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Fuente: Libro «Colonia Caroya: 100 años de historia» de Marta Nuñez. 

En la primera década del siglo XX, Colonia Caroya había captado aguas del río Jesús María para empezar a garantizar el riego de la zona rural. Para ello construyó el canal Huergo.

Los lotes recién empezaban a consolidarse y la producción dependía de las lluvias, muchas veces insuficientes.

Con al andar de los años, el Huergo no abastecía la demanda de los colonos, en razón de la extensión y de la intensidad de los cultivos, que cada día iban en aumento.

Al tenerse conocimiento de la existencia de nuevas vertientes, a fines de 1917 y principios de 1918, la Municipalidad de Jesús María, en representación de Colonia Caroya, que se encontraba anexada a ella, celebró un contrato con el intendente Modesto C. Torres. 

A través del mencionado contrato se concedía permiso para efectuar dentro del campo de su propiedad, denominado «San Carlos», un pozo que permitiera conocer la existencia de las corrientes de las napas de aguas subterráneas y, si esto resultaba positivo los fines propuestos por la Municipalidad, Torres se comprometía a vender, a favor de Caroya, una franja de terreno en el costado Este, de 35 metros de frente por todo el fondo, hasta llegar al pozo que se iba a perforar.

Todo esto previo el pago de la suma de $18.000; en caso contrario, se le abonarían mil pesos en concepto de indemnización por los trabajos efectuados.

Estas tratativas quedaron sin efecto al producirse, en septiembre de 1918, la separación de Colonia Caroya de la Municipalidad de Jesús María, pero el proyecto de la obra quedó latente en el ánimo de los colonos. 

Es así como, a los pocos días de hacerse cargo la Comisión Administradora Municipal, se reunió para tratar el asunto, resolviendo comisionar a su Presidente, Andrés Fogliarini, y a su Secretario, Adolfo Morandini, para que se trasladaran a la ciudad de Córdoba a entrevistar a Modesto C. Torres, con el fin de ver si estaba dispuesto a llevar a cabo la renovación del contrato antes mencionado.

Torres no dio una respuesta concreta en ese entonces por suponer que la Comisión Administradora Municipal debía contar previamente con la autorización del Superior Gobierno de la Provincia. 

Por otro lado, los montos habían ascendido a $90.000. De esta manera, las gestiones se paralizaron hasta que se realizaran las elecciones municipales.

Según relato de Adolfo Morandini, «En La Intendencia Municipal de Luis D’olivo en el año 1932 , encontrándose Adolfo Morandini acompañado por Luis Pelosso en la ciudad de Córdoba, cumpliendo una misión ante el doctor Mauricio Yadarola, y de regreso por la calle Alvear, se encontraron con Modesto Torres y después de saludarlo, les dio la noticia del fallecimiento de su esposa y que en la sucesión que había realizado de sus bienes, esa parte del campo en que estaba interesada Caroya para la construcción del canal, le había correspondido a su hija María de la Mercedes Torres de Argañaráz que vivía con él, y que si todavía existía el interés en adquirir esa fracción de terreno, podrían verla». 

La noticia fue transmitida al Intendente y al Concejo Deliberante, quienes comenzaron las gestiones de inmediato. 

Precisamente se designó una Comisión integrada por miembros del Concejo y del Ejecutivo.

En sesión del 10 de diciembre de 1932, el Concejo Deliberante autorizo al Intendente a comprar a la señora María de las Mercedes Torres de Argañaraz «una Ionja de terreno ubicado en el campo llamado «San Carlos», Pedanía San Vicente, departamento Colón (…) La vendedora cedería a la Municipalidad servidumbre gratuita y a perpetuidad para empalmar el canal o los canales que se construirían en esa lonja con la «acequia antigua» o «acequia de la granja» que pasaba por la propiedad».

El precio se fijó en la cantidad de $25.000, pagaderos en tres cuotas.  La primera de $12.000 se pagó al firmar la escritura, otra el 31 de diciembre de 1933 y la última el 31 de diciembre de 1934.

Inmediatamente se inicio la obra. 

A esta nueva obra magna se opusieron numerosos colonos, los que sugerían que nuevos esfuerzos en pos del Canal «San Carlos», dados los gastos que demandaría, serían el «cementerio de la Colonia».

Pese al injustificado escepticismo, la obra, iniciada en 1933, alcanzó en 1936 una extensión de 2.000 metros, es decir, dieciséis cuadras, con el mismo plan de trabajo que el canal Huergo. 

Se inauguró el 1936, pero se terminó de construir tres años después.

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VISITA DEL GOBERNADOR ELECTO A LA INAUGURACIÓN DEL CANAL «SAN CARLOS

El 12 de mayo de 1936, con la asistencia de las autoridades electas, doctores Amadeo Sabattini y Alejandro Gallardo, figuras destacades del radicalismo, delegaciones de numerosas poblaciones vecinas y una extraordinaria cantidad de público, se realizó en Colonia Caroya y San Carlos el festejo organizado con motivo de la inauguración de las obras de riego construidas por los colonos de la población. 

Las lluvias opacaron la fiesta, sin embargo, hubo gran movimiento de autos, camiones y otros vehiculos que llegaban procedentes de las poblaciones vecinas conduciendo las delegaciones de Jesús María, Colonia Tirolesa, Calera, Santa Teresa, El Manzano, General Paz, Juárez Celman y General Mitre (Totoral).

La Comision de recepción estuvo Integrada por Antonio Guyón, Luis Vandersende, el Intendente Pedro Patat y los concejales Amadeo Brollo, Antonio Campana, Maximiano D’olivo y Victoriano Coseani.

El Dr. Sabattini lego a la población en un automóvil en el que lo acompañaban los doctores Alejandro Gallardo, Agustín Garzón Agulla y Juan Giordano. 

El arribo de los automóviles determinó un gran revuelo.

Se ovacionó a la comitiva, dando entusiastas vivas a futuras autoridades de la Provincia. 

Después de visitar la Municipalidad, la comitiva integrada por más de mil personas, se trasladó al «San Carlos» para visitar los obras de riego, distante a dos leguas de Caroya.

El traslado fue muy dificultoso dado el estado del camino. 

Al llegar al lugar, Antonio Guyón ilustró a los asistentes sobre la obra realizada, destacando la importancia para la zona y el esfuerzo de todos los colonos.

Cabe señalar que antes de encaminarse a «San Carlos, los visitantes e detuvieron en la bodega «la Caroyense» donde fueron recibidos por su Presidente, Máximo Bergagna, quien guió la visita en el establecimiento.
Se había planificado hacer un asado criollo en el campo «San Carlos», pero por las lluvia se suspendió y se terminó haciendo en el domicilio de Luis Marcuzzi.

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En canal San Carlos es una construcción de galerías subterráneas que tienen dos metros de alto por uno de ancho, por el que se conducen aguas que filtran por el paso de las napas subterráneas.

Nace en el río Carnero, a unos 4 km al Oeste del puente sobre Ruta 9, en un sector donde se ubica uno de los acuíferos subterráneos más importantes de la provincia.

La galería tiene 3 kilómetros de extensión hasta que sale a cielo abierto, pero desde el nacimiento hasta el partidor, las aguas recorren 7,5 kilómetros. 

Luego, el líquido se divide en las diferentes líneas de acequias que abastecen el riego en la zona rural Sur.