Profesionales o aficionados, ¿a quién contratas en tu empresa?

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El otro día lo hablaba con un camarero. La hostelería es un trabajo duro, sacrificado, que requiere de echar muchas horas, pero también un horario extenso en muchos casos. Echar raíces en el sector solo compensa cuando a final de mes el salario que te llevas merece la pena. Hay muy buenos camareros profesionales y muchos amateurs, pero no solo ocurre en hostelería, se puede trasladar a muchos otros sectores, donde el contratar a un buen profesional tiene un coste que muchas empresas no quieren pagar.

La diferencia de rendimiento entre uno y otro puede ser notable. La cantidad de trabajo que un profesional puede sacar adelante desde el primer minuto será mayor, también conocerá mejor al cliente y sabrá tratarlo adecuadamente. Y sin embargo muchas empresas prefieren tener más personal, menos formado y a la vez más fácilmente sustituible y con un coste mucho menor.

Un personal con menos formación, más posibilidades de explotación

Porque a la vez, un personal con menos formación, donde si alguien no viene a trabajar tienes a otros muchos para llamar es sencillo de sustituir. No es algo exclusivo del sector de la hostelería. Lo vemos en otros muchos. Siempre hay un primo, un conocido, un amigo que seguro te hace la página web mucho más barata que el presupuesto que tienes encima de la mesa.

Incluso en sectores más delicados de la empresa, como la facturación he visto poner a gente que no sabía ni que tipo de IVA tenía que aplicar para gestionar un negocio. Bastaba con que fueran un poco espabilados y luego ellos ya sacarían el trabajo adelante.

Pero en muchos casos esta resistencia a contratar a un profesional oculta una forma de también de explotar, de ofrecer unas condiciones laborales difícilmente aceptables. No hace falta bucear mucho en las ofertas de trabajo para verlo, jornadas laborables con horario de salida que se resume en hasta que haga falta, contratos (si es que se llega a firmar) que no reflejan todas las horas que se trabaja o altas como falsos autónomos.

Pagar por trabajar o para ganar experiencia

Eso por no hablar de pagos en negro o que directamente no te paguen, algo que es habitual en aquellos empleos en los que buscan candidatos sin experiencia. Al fin y al cabo estás trabajando de lo tuyo. Volviendo al sector de la hostelería, los becarios en las cocinas que trabajan como el que más pero que no cobran es una figura habitual.

Primero demuestra que vales y luego el contrato si eso ya tal…

No es exclusivo del sector, en otros como despachos de abogados, la figura del pasante que no cobra o tiene una remuneración de miseria no es tampoco extraña. A cambio tienen esas dos líneas de experiencia en el currículo que les abrirán las puertas de otros empleos. De esta manera en cuanto pueden dan el salto a otro empleo donde están mejor considerados.

Es algo que está instaurado en un tipo de empresario que busca el máximo beneficio, minimizando los costes laborales o ahorrándoselos por completo. Y además exigen compromiso del empleado con la empresa, dedicación y la mejor de tus sonrisas cada día. Hay que estar agradecido por poder trabajar…

Lo malo es que nos acostumbramos y resignamos a vivir con estas condiciones. El «no queda otra» o «esto es lo que hay» son frases tan comunes que ya ni siquiera suenan extrañas. Y lo peor es que para otros, tener contrato de trabajo ya supone un privilegio por el que se debería estar agradecido.

Imagen | Lukas

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