Hay ciertos aspectos que todavía están pendientes de retocar en las jubilaciones. Una de ellas es la penalización de las jubilaciones anticipadas para aquellos que han cotizado muchos más años de los obligatorios para tener una pensión completa. Es injusto que un trabajador que ha tenido una larga carrera de cotización sea penalizado si quiere jubilarse antes de la edad obligatoria. Y parece que la reforma de las pensiones se aplaza hasta 2022 según informaciones de eldiario.es.
Son muchos los frentes que tienen abiertos en el sistema, para garantizar su viabilidad y hacer frente a un gasto creciente en las próximas décadas con la jubilación de la generación de baby boomers. Y es uno de los aspectos que se tienen que ir negociando con agentes sociales durante este año y los siguientes. Porque hay cambios importante como el índice de revalorización que esté todavía por definir.
Se intenta que la edad de jubilación efectiva y la teórica se acerquen al máximo posible. Para ello la penalización de la jubilación anticipada y la incentivación para seguir trabajando más allá de la edad legal de retiro son dos cuestiones básicas. Escrivá plantea penalizar en mayor medida a los que quieran retirase antes de la edad de 67 años, pero esto choca con aquellos que tienen a sus espaldas más de 40 años cotizados.
El problema para una reforma de este tipo, que afecta de forma notable al estado del bienestar y cómo será nuestra sociedad en el futuro está en que se necesita un amplio consenso. Y un estudio riguroso para plantear medidas acordadas entre todos. Y el actual clima político dista mucho de ser el ideal para acordar reformas que perduren más de una legislatura o un cambio de color en el Gobierno.
Para los autónomos será un problema aún mayor. Obligados a cotizar por ingresos reales en breve, muchos no tendrán la oportunidad de diversificar sus ahorros, dedicar una parte a planes de pensiones privados para llegado el momento de jubilarse contar no tener todos los huevos en la misma cesta. Un cambio de condiciones en las pensiones que se van a cobrar tampoco se puede descartar, por eso muchos sienten como un ataque a su libertad de empresa la obligación de cotizar por ingresos reales.
No solo se trata de salir de una grave crisis económica, sino que tenemos pendientes una gran cantidad de reformas, tanto de Seguridad Social, como de mercado laboral, pendientes desde hace ya bastantes años y lo que ayer era necesario hoy se convierte en urgente. Y no estamos en el mejor de los escenarios para llegar a acuerdos, pero al final son las cartas con las que hay que jugar la partida.
