Novedades en el estado de alarma: los talleres podrán seguir funcionando, pero sin abrir al público

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Uno de los puntos que más polémica ha generado en torno al estado de alarma que se puso en marcha el pasado domingo es qué negocios podían abrir sus puertas durante estos quince días de confinamiento. En un primer momento, se aprobó que las peluquerías y otros centros de estética podían continuar su actividad, pero finalmente se decidió que estos establecimientos debían cerrar también.

Pero, ¿qué ocurre con otras empresas como los talleres? Dado que está permitido circular en automóvil (aunque, eso sí, únicamente para realizar ciertas actividades de primera necesidad y siempre de manera individual) y las gasolineras están abiertas, ¿por qué no pueden también abrir los talleres para mantenimiento y reparaciones?

Los talleres no estaban incluidos en ese primer listado de empresas que podían abrir durante el estado de alarma. Sin embargo, el Ministerio de Fomento ha dictado una orden con instrucciones relativas al transporte en carretera que arroja algo de luz al respecto, y que permitirá abrir a los talleres.

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En concreto, la Orden TMA/259/2020, de 19 de marzo, por la que se dictan instrucciones sobre transporte por carretera, publicada hoy, establece lo siguiente:

Con el fin de garantizar el adecuado funcionamiento de las operaciones de transporte de mercancías y asegurar el necesario abastecimiento de productos a la población, así como de los transportes permitidos en el Real Decreto 463/2020, de 14 de marzo, se permite la apertura de talleres de reparación y mantenimiento de vehículos de motor, así como los establecimientos de actividades conexas de venta de piezas y accesorios con venta directa a los talleres de reparación, pero sin apertura al público general.

Dicho de otro modo, los talleres podrán seguir funcionando y prestar servicio a transportistas profesionales, aunque sin apertura al público. Sin embargo, esta regulación no deja claro en qué circunstancias pueden prestar servicio a ciudadanos, aunque en última instancia se debe aplicar el sentido común, es decir, solo en caso de extrema necesidad.

Imagen de Engin_Akyurt en Pixabay

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