El Supremo prohíbe a los padres divorciados llevar a vivir una nueva pareja a la vivienda familiar

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Hoy se ha dado a conocer una controvertida sentencia del Supremo que afecta a los padres divorciados con hijos. El Alto Tribunal establece que el padre o la madre que vive con sus hijos en una vivienda familiar en régimen de gananciales, y que lleva su nueva pareja a convivir con ellos de manera estable, pierde el derecho a disfrutar del uso de esa casa.

La entrada de una tercera persona ajena hace que la vivienda pierda el carácter de «vivienda familiar». Según la sentencia, una vez que se liquide la sociedad de gananciales, el progenitor deberá abandonar la vivienda.

El caso que motivó la sentencia

Se trata de una pareja de Valladolid que, al divorciarse, la mujer se quedó con sus hijos pequeños en la casa que habían compartido antes también con el padre. Tiempo después, la madre se puso en pareja con otra persona, que entró a vivir con ella y sus hijos. Su exmarido presentó una demanda y ahora el Supremo le da la razón: considera que el derecho a residir en la vivienda familiar se mantiene «en tanto que se conserve este carácter familiar».

Sin embargo, dicho carácter «ha desaparecido, no porque la madre e hijos hayan dejado de vivir en ella, sino por la entrada de un tercero, dejando de servir a los fines del matrimonio». Y explica: «La introducción de una tercera persona hace perder a la vivienda su antigua naturaleza por servir en su uso a una familia distinta y diferente«.

Y añade, «la misma decisión adoptada en su día por los progenitores de poner fin al matrimonio, la deben tener ahora para actuar en beneficio e interés de sus hijos respecto de la vivienda.»

Y recuerda que el carácter ganancial del inmueble facilita otras soluciones económicas que permiten precisamente esa conciliación de intereses como, por ejemplo, que el tercero compre la parte de la casa que le corresponde al que no reside en ella.

Sin duda, es una sentencia polémica que podría afectar a muchas parejas divorciadas, lógica para algunos y una dificultad añadida para otros, ya que de por sí un divorcio no es fácil para ninguno de los miembros de la familia, ni desde el punto de vista emocional ni económico. ¿Qué os parece?

Vía | El País
En Bebés y más | Siete razones por las que no debemos hablar mal de la ex pareja con nuestros hijos, Actitudes que mis padres tenían y que como mamá divorciada no quisiera repetir

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