La historia de la rafaelina Yanina Glaria, un talento especial para armar rompecabezas

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“Soy ochomesina y hace 26 años no estaban preparados para traerme al mundo”. Así empieza a contar su historia esta joven rafaelina, que nació prematura y con una parálisis cerebral que le dejó reducidas sus capacidades motora y auditiva. Pero fue lo suficientemente capaz para transformar esas limitaciones en un talento especial para armar rompecabezas, habilidad que terminó por convertir en su propio emprendimiento de armado y venta de puzzles.

Yanina Glaria nació hace 26 años en Rafaela, precisamente, el 16 de septiembre de 1992. Pero su llegada se anticipó un mes y esta situación complicó su salud durante sus primeros años de vida a raíz de una parálisis cerebral. Hoy, saludable, independiente y con una habilidad que logró explotar desde pequeña, nos cuenta su historia, atravesada en gran parte por el armado de rompecabezas (o puzzles, como ella los llama). Eso que en principio buscaba ser un estímulo más por parte de los profesionales para ayudar a mejorar su habilidad motora, se convirtió no sólo en unos de sus talentos distintivos, sino también en una fuente de trabajo.

Soy ochomesina, y hace 26 años, no estaban preparados para traerme al mundo. Estuve largo tiempo dentro de la panza luego de que mi mamá rompiera bolsa, le habían dicho que estaba todo bien, mientras yo estaba asfixiándome allí dentro, hasta que ella decidió internarse por su cuenta. No escuchaban mis latidos, entonces me tuvieron que sacar y reanimar. Sobreviví y estuve en incubadora mucho tiempo, con paros respiratorios y convulsiones“, relata, recuperando las historias que a ella misma le contaron. “Mis padres estaban preocupados por si iba a vivir o no; la falta de oxígeno perjudicó mi parte motora y auditiva, pero con todo el amor, apoyo, y lo mejor que me pudieron brindar ellos y mis seres queridos, pude seguir adelante“.

A pesar de mi caso de parálisis cerebral, aprendí a adaptarme a la vida. Y, aunque a veces mis limitaciones o presiones me angustian, yo sigo siempre para adelante intentando cosas nuevas. ¡Sólo así se avanza, se descubre y se vive!“.

Yani, tu historia no es otra cosa que una historia de superación personal. En tu día a día, ¿cómo te desenvolves?

En esta etapa de mi vida, mis días nunca son iguales. Por las mañanas hago actividades como kinesiología y psicología, organizo mis cosas, armo rompecabezas, disfruto estar con mi novio, voy de visita al negocio de mi papá, o simplemente aprovecho descansar estando sola -aprendí a disfrutar la soledad, de chica-. Por las tardes, voy a trabajar, los fines de semana estoy en familia…siempre hago algo, y cuando necesito parar, me lo permito, porque aprendí a escuchar a mi cuerpo, para luego no enfermarme.

¿Fue difícil crecer con este problema? Sobre todo durante la niñez y la adolescencia, que son etapas que moldean a la persona que uno será de adulto…

No fue difícil crecer, al contrario, me ayudó a madurar mucho más rápido que la gran mayoría. Siempre preferí hablar con gente adulta. Durante mi niñez y adolescencia, aprendí a quererme a mí misma y a valorar a las personas que realmente me quieren, estar con ellas y disfrutarlas.

He sufrido mucha discriminación en una escuela católica, pero no era problema de los profesores, ellos siempre me apoyaron. Siempre volvía llorando, pero me descargaba y seguía con mi vida, estando con mi familia, mis profesionales o amigas fuera de allí. Hasta que a partir de séptimo grado me dije “bueno, yo voy a la escuela a aprender, a cumplir, no a hacer amigos; ellos se lo pierden”. Nunca quise cambiar de colegio, me gustaba aprender allí y me llevaba bien con los profesores, sabía que ellos sí me valoraban. He recibido premios y muchos alientos.

¿Cómo fue que aparecieron los rompecabezas en tu vida?

Siempre de chiquita me gustaron los juegos de pensar, de lógica. Mis profesionales siempre me hacían jugar, pero a la vez era para ejercitar la mente, y me encantó. Hasta que un día de abril de 2016 compré y empecé mi primer rompecabezas de mil piezas; mientras lo armaba, me re entusiasmaba, y no podía parar…estaba horas y lo armaba rápido, no me resultaba difícil. Cuando terminaba uno, quería siempre otro, hasta que sin darme cuenta tenía varios armados en poco tiempo.

¿Te diste cuenta enseguida de esa habilidad?

Un día, mi papá me dijo: “vas a tener que hacer algo con todos estos rompecabezas” (risas). Y yo pensaba venderlos, pero me daba lástima. Hasta que dije “los tengo que soltar y me gustaría poder seguir haciéndolo por mi motricidad fina”. He descubierto también cómo me ayuda tanto físicamente, mentalmente y anímicamente, en todo sentido. Así fue que todo comenzó, tan naturalmente. Parece fácil, pero cuando uno se pone, se da cuenta que no lo es. ¡Pero es un hermoso desafío! Y en mi caso, ¡me ayuda un montón!

Tenes un emprendimiento con rompecabezas, La Vida en Puzzles, ¿de qué se trata?

La vida en puzzles empezó en octubre de 2017. Lo hago porque es algo que me encanta hacer, lo disfruto y no me importa invertir en eso ni los fines de semana. Me ayuda mucho físicamente, mentalmente y anímicamente; y también a generar ingresos.

¿Cómo son los rompecabezas que vendes?

Vendo rompecabezas de marcas importadas, de muy buenas calidades, de gran variedad de temáticas y cantidad de piezas -desde 100 piezas para arriba-. Sin armar, para el que quiera intentar y divertirse. Sólo se necesita mucha paciencia y tiempo, dependiendo de la cantidad de piezas y de la figura. Y también vendo armados, encuadrados y listos para colgar, para los que quieren tener uno y a su vez, darle vida a una pared. También me ofrezco a armarle al que no pudo o no tiene tiempo o paciencia; a pegarle y encuadrarle al que tenga alguno armado; y vendo los pegamentos especiales y los cuadros por separado. Muchos prefieren que yo haga el trabajo.

¿Recibís muchas consultas de la gente?

Sí, recibo muchas consultas y muchos me felicitan. Cuando lancé la idea del taller de rompecabezas, muchos me pidieron información. Y armé uno con tres niños junto a mi hermana, ¡fue una hermosa experiencia!

¿Qué conclusiones pudiste sacar a partir de esta iniciativa?

Que con paciencia se pueden lograr muchas cosas, y que cuando algo es difícil, es cuando más vale la pena.

Entonces, ¿los rompecabezas llaman la atención de la gente?

Hay muchas personas interesadas en los rompecabezas. Yo estoy en un grupo de Facebook, en donde comparten los suyos, que los hacen como un pasatiempo, y también descubrí que hacen campeonatos.

¿Tenes idea de cuántos llevas armados?

Hasta el momento llevo 95 armados en total. El más grande que llegué a armar fue de 3000 piezas, de un paisaje de San Francisco (EE.UU). Me han costado varios, pero siempre los pude armar completos hasta ahora. Cuando me bloqueo, paro y luego retomo unos días después; o si es muy complicado, lo dejo, armo otro para que me devuelva el entusiasmo y vuelvo a retomar. No soy de rendirme.

¿También te gusta escribir?

Me gusta escribir sobre la vida. Lo hacía de chica como forma de descarga y aprendizaje luego de cada momento vivido, sobre todo si era triste. Pero lo transformaba en algo positivo y bonito. He escrito bastante, y algunos textos los publiqué en Facebook, pero no me esperaba que a la gente les llegaran tanto mis palabras. Para mí era algo natural. Cuando me decían que debería escribir un libro, lo pensé, y hablé con una profesora de lengua, pero quedó pendiente y ahora quiero retomarlo. Me encantaría llevar mis escritos más allá, para que la gente los pueda disfrutar y pueda ver la vida de una forma simple, como realmente es, porque uno mismo es quien la complica.

“Todo encaja en el momento que tú decides” es el slogan que elegiste para promocionar La Vida en Puzzles, ¿también puede ser una síntesis de tu manera de encarar la vida?

Sí, así es…y también es una reflexión para todos.

Fuente: El Eco de Sunchales, Por LEANDRO GÓMEZ