Colonia Caroya. “Se vienen meses difíciles”, dice el Intendente Gustavo Brandán después de haber pasado en plena city porteña la semana más furiosa de la economía de la gestión Macri.
El mandatario se encontraba haciendo gestiones en los ministerios nacionales en el momento en que el dólar se fue a 40 pesos.
Cuando regresó a la Municipalidad, se dio con que no había entrega de hormigón para ejecutar obras previstas de cordón cuneta y que era necesario empezar a afinar el lápiz para sobrevivir en el último cuatrimestre.
Una de las primeras decisiones fue recortar las horas extras del personal de administración y del corralón.
En octubre deberá sentarse a negociar con el Sindicato de Trabajadores Municipales la pauta salarial, claramente desfasada por la previsión del 40 por ciento de inflación anual (en marzo se acordó 18 por ciento de aumento).
Según las autoridades, el nivel de compromiso tributario de los caroyenses se mantiene, pero no alcanzaría para ofrecer una suba que pueda satisfacer las pretensiones del gremio.
Es que la Municipalidad dejará de recibir unos 8 millones de pesos por la eliminación del fondo sojero y de la tasa en las boletas de energía y gas.
El panorama no es tan diferente al resto de los municipios del país, que deberán preparar el Presupuesto 2019 ante un escenario económico incierto.
05-09-2018
