EN EL DÍA DE LA ENFERMERÍA ARGENTINA: TESTIMONIOS PARA VALORAR

0
254

En el Día Nacional de la Enfermería, compartimos el testimonio de tres representantes de esta profesión, oriundas de Devoto pero que, en este momento, desarrollan su labor en la ciudad de San Francisco, en centros sanitarios altamente expuestos a la amenaza del Covid -19. Se trata de Patricia Ghiberto, Mónica Perez y Rosana Romero.

PATRICIA GHIBERTO

Patricia es enfermera desde hace 20 años. Inició su carrera en Devoto pero está radicada, hace tiempo ya, en la ciudad de San Francisco, en donde cumple funciones en el Hospital Iturraspe.

Cabe destacar que, en este tiempo de pandemia, realiza su tarea en la zona con mayor nivel de exposición: en el servicio de aislamiento y terapia intensiva, en donde ha tenido contacto con infectados y casos sospechosos.

Algunas reflexiones específicas sobre el momento que estamos viviendo:

“A este tiempo tan especial no lo vivo con la magnitud de la tragedia: elijo enfrentarlo con responsabilidad, con cuidado y también con humor”.

“Trato de ponerle una actitud distinta al día, no estamos en una tragedia, es un tiempo que nos enseña, en el que tenemos que aprender a vivir lo más sanamente posible y disfrutando la vida, aun con la pandemia”.

“Las medidas de aislamiento no permiten que ingresen ningún familiar; por eso, detrás del barbijo, la máscara y las protecciones, queremos que los pacientes vean también que esté la sonrisa y la predisposición, queremos que sientan que estamos ahí”.

“Valoro el aplauso de todas las noches y yo también lo hago. Esa es una actitud que acerca. Yo aplaudo a todos los que está haciendo un esfuerzo físico y emocional, pero no es sólo para los trabajadores de la salud, sino también para todas las personas que quisieran o necesitan salir y no lo hacen, para los que viven en un espacio confinado, para los padres que intentan que sus chicos avancen en el estudio… Es un esfuerzo para todos.”

“No lo tomo como que estemos haciendo algo sorprendente, es lo que nos tocó, es nuestro trabajo”.

“Estoy en ese servicio de aislamiento en el que intentamos dar lo mejor, teniendo los cuidados que tenemos que tener, pero no lo vivenciamos como algo heroico, como creo que lo ve la gente de afuera”.

MÓNICA PEREZ

Se desempeña profesionalmente, desde hace casi 30 años, en el Sanatorio San Justo. En ese lugar, hasta el momento no le ha tocado tomar contacto con ningún caso de COVID 19, aunque si con pacientes sospechosos, que han sido inmediatamente derivados al Hospital Iturraspe.

Sus vivencias con este particular momento de la profesión:

“No hemos tenido casos para preocuparnos por suerte, acá en la San Justo. Esto causa mucho stress, en gente mayor que no puede salir, en nosotros que estamos trabajando (enfermeros, médicos, cocineras, administrativas, limpieza), todo es distinto. Estamos cursando una etapa de vida muy diferente, que jamás hubiésemos imaginado”.

“Si admito que estamos en una situación que nos tiene mal a todos, estamos alejados de la familia, no podemos verlos, no pueden venir, eso se irá acomodando, es algo que nos pone mal a todos…”

 “Volvería a ser enfermera, totalmente, sin ninguna duda. Hay gente que viene y nos dice “hay chicas, este trabajo de enfermera… yo nunca sería” y yo digo, que “amo mi profesión, amo lo que hago, no es un peso”.

ROSANA ROMERO

Es enfermera profesional desde hace 17 años y se desempeña en la Clínica de Especialidades Enrique Carrá, de San Francisco. Normalmente trabaja en el área de cirugía de cataratas y estudios microscópicos pero, en este momento especial de pandemia, se ha integrado al Comité de Covid, en donde desarrolla una misión específica vinculada con el proceso de valoración de seguridad, de cada paciente que ingresa al centro asistencial. Algunos han tenido que ser hisopados, pero el resultado ha sido negativo.

En realidad, enfermería está haciendo un trabajo especial en estos momentos. Nosotros acá decimos que estamos en la trinchera, preparados, ocupados y preocupados… Estamos esperando que no lo haya en la ciudad, yo espero que no lo haya tampoco en Devoto, en mi pueblo querido pero estamos atentos y alertas todo el tiempo”. 

“Si bien no se puede, a veces necesitamos un abrazo de compañeros y nos lo damos. En ocasiones, vivimos situaciones de angustia”.

“Es la vocación, yo amo la enfermería, amo ser enfermera y si volvería a nacer volvería a elegir la misma profesión. La heredé de mi madre, mi mamá ha sido enfermera, ella trabajó muchos años en Devoto, en el dispensario con el Dr. Pedrotti y yo decía primeramente que nunca iba a ser enfermera y hoy estoy orgullosa de mi elección”.

“Cuídense que nos falta rato todavía, depende de todos nosotros”.