Tarta tropézienne: la receta dulce que conquistó a Brigitte Bardot

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Comenzaremos preparando la crema pastelera. Para ello en un bol mezclamos el azúcar con la Maicena y revolvemos con unas varillas para que se mezclen. Del litro de leche retiramos 100 mililitros, añadimos el huevo y removemos para después agregar esto a la mezcla de azúcar y almidón de maíz revolviendo y haciendo una papilla. Reservamos.

Ponemos el resto de la leche a hervir con la corteza de limón y cuando empiece echamos rápidamente la mezcla anterior removiendo rápidamente para que no se corte. Hervimos durante dos minutos o hasta que espese y volcamos en un bol cubriéndola con film transparente. Reservamos.

Para la masa comenzaremos disolviendo la levadura en la leche a temperatura ambiente. En un bol grande echamos la harina, la sal, el azúcar, y uno de los huevos. Removemos con una espátula hasta que veamos los ingredientes mezclados.

Tarta tropezienne

Tarta tropezienne

Añadimos otros dos huevos de uno en uno y la mantequilla cortada en trozos y por último la levadura disuelta. Vamos amasando intentando no incorporar mucha cantidad de harina hasta formar una bola, amasamos unos minutos hasta que la veamos lisa y dejamos fermentar durante una hora y media o dos en un lugar templado.

Una vez levada la masa desgasificamos con los nudillos apretando el aire de la masa y le damos forma de bola con la superficie lo más lisa posible dejándola ya en la bandeja del horno engrasada y aplastándola ligeramente para que quede de forma más aplanada. La pintamos con el huevo que nos había quedado y volvemos a dejarla fermentar durante otra hora. Precalentamos el horno a 180 grados y horneamos durante veinte o veinticinco minutos.

Una vez fuera del horno la cortamos con un cuchillo de sierra a la mitad y la rellenamos con la crema pastelera, salpicándola de azúcar glas o blanquilla para decorarla.

Con qué acompañar la tarta tropézienne

Dejando volar la imaginación, si cierro los ojos me imagino tomándome una ración de tarta tropézienne en una terraza en Saint-Tropez acompañándola de una estupenda copa de champán, pero como no lo veo muy posible, siempre me queda prepararla en casa y disfrutarla rodeada de amigos y familia, pues es un bocado espectacular.