Muriel Santa Ana: «El teatro ha sobrevivido a todo»

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La actriz Muriel Santa Ana completa el trío protagónico de «La vida es sueño», de Calderón de la Barca, junto a Joaquín Furriel y Patricio Contreras, en la versión adaptada y dirigida por el español Calixto Bieito que el teatro San Martín estrenó en 2010 y que emitirán mañana a las 20 la plataforma BA Cultura en Casa y la web del Complejo Teatral de Buenos Aires.

El elenco se completa con Hernán Rodrigo Cuevas, Lautaro Delgado, Enrique Federman, Miguel Fontes, Sebastián Rosso, Osvaldo Santoro y Ana Yovino con los músicos en escena Geromo Amador, Marcelo Aronson, vestuario de Mercé Paloma, escenografía de Calixto Bieito y Carles Pujol e iluminación de Xavier Clot.

El catalán Bieito definió al clásico calderoniano como «un cuento filosófico, existencial, casi nihilista sobre la realidad y la ficción, provisto además de una emoción que lo hace casi perfecto. Es puro teatro. Creo que fue Turgueniev quien decía que Segismundo era el Hamlet español, pero yo creo que es mucho más salvaje, brutal, de alguna manera caótico y menos intelectual que el personaje shakespeareano».

En aquella oportunidad, Télam se conmovió por las formidables interpretaciones, sobre todo de Joaquín Furriel y Muriel Santa Ana, y señaló que la puesta, «adaptada con respeto y al mismo tiempo inventiva por el director, es una coproducción con varias entidades españolas y de alguna forma viene ‘formateada’ previamente, con estrenos previos en inglés en Gran Bretaña y Nueva York».

Lo que influyó de mi padre en mí fue el amor de él hacia el teatro y el amor de él hacia mí.

Muriel Santa Ana

Aquellos apuntes destacaban que en Muriel Santa Ana había «una actriz mayor, capaz de mantener un caudal de voz desde la apertura hasta el aplauso a telón abierto que recibe por el famoso monólogo de la segunda parte. Hay algo en ella que augura una intérprete de las que no aparecen todos los días».

Ante la emisión online de «La vida es sueño», Télam dialogó con la intérprete.

Télam: Si bien ya tenías una trayectoria en TV y teatro, ¿no sentís que hubo un antes y un después de tu monólogo en «La vida es sueño»?

Muriel Santa Ana: Yo no formularía así esa pregunta, pero lo que sí puedo dar como respuesta es que hubo un antes y un después de Calderón y de Calixto Bieito; la experiencia fue esa, encontrar un poeta como Calderón, una obra monumental y un director que hizo una puesta que nos ayudó muchísimo, con mínimos objetos pero enorme en su profundidad y con indicaciones muy concretas, una línea muy concreta sobre lo que él quería contar sobre «La vida es sueño», que nos llevó a todos nosotros, actores argentinos, a ponernos en la carrera de lo que es el verso.

El verso como estructura, como arquitectura verbal, con su musicalidad. Las obras en verso requieren de una técnica vocal y corporal a la que normalmente los actores argentinos no estamos acostumbrados. Son textos que requieren de un «fiato», de una capacidad realmente aeróbica, de tener aire en el cuerpo.

Ahí sí hay un antes y un después, porque son obras que lo piden todo y visto el paso de los años –no lo digo por mí sino por todos, sobre todo con Joaquín Furriel- nos hizo vivir una experiencia conmovedora.

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Fragmento de la puesta de 2010 en el San Martín

T: ¿Serías actriz si tu papá Walter no hubiese sido actor?

MSA: Es una pregunta que no puedo contestar, me resulta imposible de responder.

T: ¿Él opinaba sobre tus trabajos?

MSA: Lo que influyó de mi padre en mí fue el amor de él hacia el teatro y el amor de él hacia mí. Esa es su influencia. En realidad no opinaba; nosotros teníamos una relación muy profunda, muy unida, igual que con mi madre; ellos eran mis referentes a la hora de evaluar algún trabajo. Como ellos acompañaban el proceso no es que cuando veían el resultado no podían analizar solo ese punto.

Además no teníamos una mirada desde el punto de vista del éxito sino que se evaluaba lo que era haberse puesto en un proceso de ensayos, de estudio, y desde luego se evaluaba desde esa totalidad. Mis padres no eran personas indulgentes, no me perdonaban por el hecho de que yo fuera su hija y eso lo agradezco.

T: ¿Para qué te «sirve» a vos el teatro?

MSA: Contesto con otra pregunta: ¿Para qué sirve el amor?

T: ¿Cuál es la validez de ver una obra de teatro en forma no presencial, tanto para el intérprete como para el espectador?

MSA: Es lo que estamos pensando todos. Esto es tan nuevo… No sé. El teatro es una ceremonia compartida en un espacio común compartido entre el público y los actores. Es irremplazable y ha sobrevivido a todo, a muchas pandemias (risas.)

Con esto de las pantallas veremos qué pasa. Yo pude ver algunas obras, o fragmentos, y es algo que me cuesta, pero entiendo que tienen mucho éxito por parte del público. En el caso del San Martín la plataforma es gratuita, pero en otros teatros, que tienen una especie de gorra virtual, los actores han ganado dinero, así que me parece que está muy bien. Aunque no tengo idea de cuál puede ser la validez, tal vez lo podamos pensar más adelante cuando salgamos de esta situación.