HBO responde a la polémica de ‘Big Little Lies’: «En televisión, el director no tiene el control creativo final»

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La soberbia temporada 2 de ‘Big Little Lies’ concluyó el pasado domingo firmando siete episodios que, si bien no llegan a la altura de la primera tanda, sí que conforman una gran continuación. Sin embargo, la temporada venía con una polémica detrás de las cámaras que podría explicar ciertas decisiones creativas: la presunta injerencia de HBO en la dirección de Andrea Arnold.

Según informó a principios de mes Indiewire, lo que hemos visto en estos siete episodios no era el montaje planificado por Andrea Arnold (‘American Honey’) sino que nada más terminar de rodar, Jean-Marc Vallée (como productor ejecutivo) y HBO habrían tomado las riendas de la edición sin el consentimiento de la directora.

El reportaje cuenta cómo, a pesar de que contrataron a Andrea Arnold con la idea de que tuviese claramente su sello, fue relegada a un último lugar en cuanto Jean-Marc Vallée terminó de realizar ‘Heridas abiertas‘. La producción pasó de hacerse desde la base de Arnold en Londres para viajar a Ontario, lugar elegido por el director. 

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No solo eso, sino que se habría hecho rodaje adicional para terminar de conformar una versión algo más alejada de la visión de la directora. Algo que no parecía cuadrar con la idea inicial. Casey Bloys, presidente de programación de HBO, ha querido defender la decisión de la cadena en la gira de la TCA: 

«Hay un montón de desinformación sobre esto. Para aclarar un par de cosas: no habría segunda temporada sin Andrea. Se la debemos. Logró una actuación extraordinaria del reparto. Como todo el que trabaja en televisión sabe, el director no tiene control creativo definitivo. Que se arrebatara el control creativo a una directora es una premisa falsa»

Aquí es verdad que tiene bastante razón. Y, de hecho, tradicionalmente el director en televisión tenía poco margen creativo per se. Algo que ha ido cambiando con el tiempo, pero siempre ha primado la unidad estética de la serie a lo largo de tres, trece o cien episodios… 

«Normalmente un director envía un montaje del director al showrunner y el equipo de producción que pulen el episodio. Esto es lo que ha pasado. La otra cosa que quiero aclarar es que Jean-Marc Vallée no decidió unilateralemente tomar el control del proceso. Andrea hizo montajes del director para los siete episodios y se los pasó al showrunner y equipo de producción. […] Entonces fueron a Jean-Marc, es un editor y tiene un equipo de editores trabajando con él»

¿Un fichaje fachada?

Andrea Arnold 1000x540

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Claro que aquí nos aseguraban que el de Andrea Arnold no era un fichaje puramente estético. Una de las pocas polémicas que tuvo precisamente la temporada 1 era que para ser una serie de carácter feminista, estaba escrita y dirigida por hombres. Decisión rara en plena época del «Time’s up». 

Como «solución», ante la ausencia de Vallée decidieron contratar a una directora, ganadora del premio del jurado de Cannes y que podría ser lo que necesitaba la serie. Directora que, por otra parte, no ha estado presente durante la promoción de esta segunda temporada, lo cual, de por sí escama.

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Y no habría pasado nada de no ser porque precisamente la dirección de la temporada 2 de ‘Big Little Lies’ se ve como el resultado de la lucha entre dos estilos tan personales como el de Arnold y el de Vallée. Y parecía que la lucha la ganaba Vallée en cada ocasión.

Esto daba lugar a un irregular resultado: episodios especialmente cortos (de guiones de sesenta páginas a capítulos de tres cuartos de hora), montaje atropellado, continuos flashbacks a la temporada 1, incluso ese uso de la música tan característico de Vallée… 

A día de hoy, Andrea Arnold no ha querido pronunciarse sobre este tema, y desde el reparto (incluyendo las productoras Reese Witherspoon y Nicole Kidman) siempre han dado muestras de apoyo a la directora como «su intrépida líder». No tan líder, podría decirse.