Los equipos de Alfaro solían armarse de atrás para adelante, privilegiando el cero en el arco propio y con las viejas premisas que todos conocemos. Orden atrás, pierna fuerte en el medio, un par de volantes de buen pie para armar juego, ida y vuelta por las bandas y arriba, un clásico: uno por afuera, otro por adentro. Pero el Boca de Lechuga será la excepción. Porque más allá del protagonismo lógico que deberá tener Boca en todas partes, tanto en la Copa como en el campeonato, la piedra basal del equipo de Alfaro será colocada en tres cuartos de cancha. Sí, Gustavo ya lo decidió: Tevez arrancará el 2019 como titular y será la bandera del equipo.
Lechuga siente por Carlitos una debilidad que no siente por cualquiera. Aunque sólo lo conocía de vista, de haberlo enfrentado un par de veces como técnico de Gimnasia y Huracán, Alfaro siempre tuvo al ídolo entre sus jugadores favoritos. Por carisma, por trayectoria, por todo lo que ganó y aún puede ganar en el fútbol. Por eso lo primero que se propuso después de probarse el buzo de Boca fue intentar recuperar al Apache, hacerlo sentir importante y entregarle, simbólicamente, las llaves del equipo.
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El resto del trabajo lo hizo Tevez. La partida del Mellizo, con el que nunca logró convivir en paz desde su vuelta de China, le renovó la confianza. Carlitos vio en Alfaro un técnico serio, laburador, de ideas claras y, sobre todas las cosas, a la altura de un club como Boca. El ídolo, que venía de capa caída, hizo buena letra en los trabajos físicos y futbolísticos en Cardales y de esa manera le demostró al DT que su compromiso con el equipo es total. “Carlitos tiene el casco puesto y la cara pintada”, fue la metáfora que utilizó una persona allegada al plantel para dar cuenta de lo involucrado que está Tevez con el proyecto de Lechuga.
A 18 días del debut de Alfaro ante Newell’s en el Marcelo Bielsa, el técnico ya empezó a cranear el equipo base para lo que resta de la Superliga y la Copa. Cuatro atrás, un doble cinco mixto, volantes por afuera con distintas características (uno más vertical, otro más pensante) un atacante que flote detrás del 9 y un goleador. El único que tiene el puesto asegurado es Carlitos.
Lechuga tiene debilidad por Carlitos.
Ojo: que Alfaro le brinde semejante confianza al Apache no significa que vaya a exigirle menos que al resto. Al contrario, le estará más encima que a ningún otro y esperará de él mucho más de lo que dio durante el último año.
¿La cinta de capitán? Para Alfaro es una cuestión irrelevante cuál de los referentes lleve puesto el brazalete. Aunque sin Gago (se recupera de la lesión) y Pérez cuestionado y con un pie en Brasil, Carlitos no tendrá demasiada competencia por la capitanía.
“Tevez tiene mucho para dar, en varios puntos. Hablé con él de cuestiones futbolísticas, de cosas que me parecían. Él es nuestro abanderado. Ojalá esté como para jugar los 90 minutos de cada partido. Para eso es importante que haga la mejor pretemporada posible”, había contado Alfaro tras sus primeros días en Boca. Para exprimir al máximo al Apache, Lechuga y el PF Sergio Chiarelli irán midiendo su rendimiento físico en las prácticas para dosificar las cargas evitar que el ídolo sufra problemas musculares. Por supuesto, los 34 años no vienen solos y los 35 (los cumple el 5 de febrero) pueden traer aún más achaques. Carlitos, viejo nomás.
