El radar definitivo ya multa en Francia: se llama Mesta Fusion y detecta simultáneamente hasta once infracciones

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La tecnología avanza en cualquier campo y los radares no son una excepción. Prueba de ello es el radar de torreta, un avanzado dispositivo de control del tráfico capaz de detectar un notable abanico de infracciones como excesos de velocidad, adelantamientos indebidos, uso del móvil al volante o saltarse semáforos en rojo, entre otros. Y no se trata de una tecnología de futuro: ya han comenzado instalarse en algunos puntos de Francia.

Este ‘súper-radar’, bautizado como Mesta Fusion 2, ha sido desarrollado por Idemia, una filial especializada en tecnología de seguridad de la multinacional francesa Safran. Sus bondades fueron desveladas hace dos años, pero no ha sido hasta junio de este 2019 cuando ha comenzado a instalarse en las carreteras francesas.

Todavía en fase de pruebas, nuestro país vecino tiene planificado instalar 400 unidades de estos radares torreta este año, para llegar a los 1.200 a finales de 2020. Todos ellos se unirán a los ya más de 4.000 dispositivos que controlan la velocidad en Francia. Aunque el Mesta Fusion 2 no sólo controla la velocidad…

Los nuevos radares de tráfico verán "cosas que vosotros no creeríais", y en algunos casos hasta te vas a alegrar

El señor de todos los radares

Mesta Fusion 2, el radar definitivo

Mesta Fusion 2, el radar definitivo

Este dispositivo de control del tráfico va ubicado sobre un poste de cuatro metros de altura, lo que hace más complicado que sea saboteado, y dispone en su interior de diferentes cámaras y radares de última generación que le permiten analizar trayectorias.

Es por ello que, además de vigilar y multar a los vehículos que sobrepasan el límite de velocidad fijado en la vía, pueden detectar una larga lista de infracciones de tráfico simultáneamente:

  • No hacer uso del cinturón de seguridad.
  • Utilizar el teléfono móvil mientras se conduce.
  • No respetar la distancia de seguridad.
  • Realizar un adelantamiento indebido por la derecha.
  • Circular a una velocidad por debajo del límite mínimo de la vía.
  • Realizar adelantamientos por el arcén.
  • Circular indebidamente por carriles reservados y restringidos.
  • Saltarse un semáforo en rojo.
  • Detenerse indebidamente en un cruce o intersección que no lo permita.
  • Realizar giros prohibidos a izquierda y derecha.
  • Saltarse un Stop o un ceda el paso.

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A esto se suma que tiene un rango de acción de 200 metros y que es capaz de controlar simultáneamente hasta 32 vehículos y ocho carriles. ¿Más? Sí, más allá de sus múltiples funciones destaca por su eficacia: discrimina por tipo de vehículo (aplicando el límite de velocidad correcto en cada caso), su margen de error es sólo de un 1 % y es capaz de operar incluso con climatología adversa (niebla, lluvia, nieve…).

Tres de cada cuatro serán señuelos

Mesta Fusion 2, el radar definitivo

Mesta Fusion 2, el radar definitivo

Gracias a estas características, el Mesta Fusion puede ubicarse tanto en vías rápidas como en entornos urbanos y se convierte en el perfecto aliado de los departamentos y la policía de Tráfico. De hecho, cabe preguntarse por qué Pere Navarro, nuestro Director General de Tráfico, no ha comenzado a llenar con ellos nuestras carreteras: seguramente en la inversión que requiere tendremos la respuesta.

Si esta tecnología en sí es ya de por sí impresionante, también lo es el plan que ha dispuesto el Ejecutivo francés para su ubicación: sólo el 25 % de estos dispositivos estarán operativos, mientras que el porcentaje restante serán señuelos. Y por si fuera poco, tal y como informan en Motor1 Francia, irán cambiando de ubicación, de tal manera que serán casi indetectables por los conductores.

Bulos y leyendas urbanas que no sirven para librarse de los radares de tráfico

Sin embargo, hay que señalar que Francia ha optado por este mecanismo no sólo para hacerlos «invisibles», sino porque el 75 % de sus radares han sido dañados o destruidos a manos de los chalecos amarillos, cuyos vehementes actos de protesta no necesitan presentación. La factura de los daños ha ascendido en los últimos meses a los 660 millones de euros y el gobierno francés quiere cortar por lo sano, encontrando su medicina en estos radares de última generación.

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